El detenido por el crimen de la casa okupa lo niega pero tenía sangre en ropa y mano

El presunto homicida, al que el juez envió ayer a prisión, dio entre dos y tres versiones distintas, las últimas atribuyendo la sangre al compañero que vivía con ellos, al que culpa

El detenido, el lunes, en el registro de la vivienda.

El detenido, el lunes, en el registro de la vivienda. / Alba Villar

Marta Fontán

Marta Fontán

Ayer al mediodía, tras dos días y medio de arduo trabajo, la Policía Nacional de Vigo entregaba al juez instructor el primer atestado sobre el crimen de la casa okupa de la calle Coruña. Y poco después pasaba a disposición judicial el detenido por presuntamente matar a puñaladas a Jhony A.A., el hombre de nacionalidad boliviana de 39 años con el que residía, junto a un tercer varón, en el viejo caserón abandonado. Fredy, el investigado, negó los hechos desde el principio, declarándose inocente, pero los indicios que en esta fase inicial ya se acumulan en su contra llevaron al titular del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo a decretar su ingreso en prisión provisional sin fianza por un presunto delito de homicidio o asesinato, a determinar en el transcurso de la investigación judicial. Las manchas de sangre que tenía en su ropa –como en un pantalón– y en una mano cuando esa madrugada lo encontraron los agentes es una de las pruebas por ahora más sólidas, pero también las numerosas contradicciones en las que habría incurrido en sus distintas declaraciones primero ante los policías y después ante el magistrado, en las que, según pudo saber este periódico, dio hasta dos e incluso tres versiones diferentes en menos de 72 horas. El móvil no está claro, pero descartado el robo o las drogas, se sospecha que el crimen respondería a algún problema o cuestión personal entre ambos.

"Me clavaste", el lamento de la víctima tras una fuerte discusión

Todo ocurrió la madrugada del domingo al lunes, cuando el presunto agresor y la víctima regresaban de las fiestas de Bouzas. El ataque se produjo, según todos los indicios, ante la entrada de la casa abandonada. Allí cerca se halló el cuchillo, había sangre –aunque no en gran cantidad– y se encontró también la mochila del fallecido con su teléfono móvil. Y hay un testigo clave, el compañero que vivía con ambos, un hombre de origen rumano que llevaba unas semanas residiendo allí y que declaró en sede policial que esa madrugada escuchó un ruido en la puerta, una discusión y a Jhony gritar: “Me clavaste”. Al salir, añadió, vio a Fredy y al preguntarle por su amigo no le dio explicación alguna. La víctima sería hallada poco después a bastantes metros de allí, tirada en un callejón con unas tres puñaladas en pecho y costado, sin que los sanitarios del 061, pese a los intentos, lograran salvar su vida.

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Al trabajo policial aún le queda recorrido. Tras acceder voluntariamente, al presunta homicida se le tomó ayer una muestra de ADN. Y es que las pruebas genéticas serán claves: junto al cuchillo y la ropa de la víctima, se analizará la sangre de la vestimenta del detenido, para comprobar si, como se sospecha, coincide con la del fallecido. La geolocalización sobre todo, pero también el contenido de los teléfonos de ambos, también serán relevantes de cara a averiguar la verdad sobre lo sucedido.

¿Qué alega el ya investigado judicial? En sus diferentes declaraciones ha mantenido su inocencia. Pero ha dado versiones distintas. La primera la aportó aquella madrugada de domingo a lunes, de forma espontánea y antes de ser detenido. Cuando los agentes le preguntaron por la sangre que tenía en la ropa y en la mano, él les contó que, de regreso de las fiestas, Jhony se había caído en la calle y cortado con una botella, manchándose él al ayudarle. Los policías lo acompañaron hasta el punto donde el sospechoso insistía en que se había producido ese todavía reciente incidente, pero no encontraron cristal ninguno que corroborase esa versión.

“Me separé de él”

A última hora del martes, ya en calidad de arrestado y asistido por su abogada de oficio, accedió a declarar en comisaría. Ayer habló de nuevo ante el juez. Y dio otra versión, relacionando la sangre con el compañero rumano que vivía con ellos, haciendo recaer sobre él las sospechas, algo que descarta la Policía porque ese hombre no tenía sangre alguna y además, cuando ocurrieron los hechos, paró a un coche patrulla policial que circulaba por allí para alertarles del apuñalamiento. Las fuentes consultadas señalan que el detenido, en esta nueva versión en la que ya no aludió al incidente con la botella, dijo que cuando volvían de Bouzas se separó de su amigo cerca de la vivienda, subiendo él por calle Coruña y Jhony por Camiño do Chouzo, algo que no cuadraría con el desarrollo de los acontecimientos. También habría contradicciones en otras cuestiones, ya que en una de las declaraciones dijo que iba a ir a dormir con su novia y en otra que iba a la casa a coger ropa para ir a trabajar. Tras comparecer ayer ante el magistrado y a la espera de las pruebas científicas y técnicas claves en un caso de estas características, el detenido pasó ayer su primera noche en prisión.

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Tras recibir las puñaladas a las puertas de la vivienda abandonada ubicada al pie de la parte trasera del viejo edificio judicial de la Audiencia, Jhony descendió ese pequeño vial que desemboca en la calle Coruña, cruzó la calzada y subió varios metros por la acera hasta acabar desplomado en una zona con forma de callejón. Esta hipótesis policial de como acabó la víctima allí se ha visto refrendada por las<strong> imágenes de las cámaras de una cafetería</strong>, en las que, en torno a las 03.20 horas, se puede ver como este hombre camina por la acera con evidentes dificultades segundos antes de que, algo que ya no aparece en el vídeo al quedar fuera de plano, se cae al suelo dada la gravedad de las cuchilladas recibidas. Además de la alerta policial dada por el compañero de vivienda del detenido y de la víctima, que detuvo a un vehículo policial que pasaba por la calle a esas horas de la madrugada, un matrimonio que caminaba por allí –de vuelta de las fiestas– también avisó al encontrarse a la víctima desplomada en la acera. Lo cierto es que al filo de las cuatro de la madrugada en ese punto se concentraban los servicios sanitarios y varias patrullas de la Policía Nacional. Poco después llegaría la comisión judicial del juzgado de guardia para proceder al levantamiento del cadáver. Ya en esos primeros momentos al parecer el hoy investigado y el otro residente de la casa abandonada se culpaban mutuamente, pero, tras las primeras comprobaciones, a las ocho de la mañana del lunes se procedió a la detención del inicial sospechoso.

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