Una enfermera de Vigo admite que accedió 300 veces al historial clínico del ex y de su pareja

Niega que suministrara opioides a la hija de ambos, menor de edad

La acusada, de espaldas, declara en el juicio

La acusada, de espaldas, declara en el juicio / M. F.

R. V.

María del Carmen C., la enfermera que accedió más de 300 veces al historial de su ex y la nueva pareja de esta e indagó el de su hija, admitió esos hechos, pero negó que suministrara opioides a la menor de edad, causas por las que ha comparecido como acusada en dos juicios consecutivos que se han celebrado este martes en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.

La enfermera relató en el juzgado que pasó por distintos servicios de varios centros de Pontevedra, entre ellos Montecelo, Meixoeiro, Povisa y Álvaro Cunqueiro.

Por dos delitos de revelación de secretos -uno a su ex y otro a la pareja de este-, vista que se celebró primero, la Fiscalía solicita 43 meses de prisión (casi tres años y medio), mientras que por la segunda, que seguirá este miércoles con la pericial y en la que se juzga un presunto delito contra la salud pública cometido con su hija, con agravante de parentesco, pide 8 años de prisión y privación de la patria potestad.

A preguntas de la fiscal, la enfermera del Sergas admitió que accedió sin consentimiento al historial de su pareja, Anselmo R. G., en 196 ocasiones a través de la tarjeta IANUS, y otros 124 accesos al historial de Patricia A. F., la siguiente pareja de su ex, sin consentimiento de ella, con la que no tenía ni siquiera contacto verbal.

Consignó 12.000 euros

La acusada consignó 12.000 euros el 7 julio, la mitad para Anselmo y la otra parte para Patricia, para resarcir los daños morales ocasionados.

La pareja explicó que, a raíz del caso relacionado con la medicación de la hija que él tuvo con Carmen, puso en conocimiento del Sergas sus sospechas sobre el acceso de Carmen a sus historias clínicas.

El hombre aseguró que le causó "un trauma" que Carmen indagara sobre su vida y aseguró que la acusada incluso sabía las citas a las que iba su madre, ya fallecida, al hospital Álvaro Cunqueiro. De hecho, en el juicio la defensa habló de hasta 1.500 accesos a los historiales de ellos y otras personas.

Patricia dijo que entró en un "estado depresivo bastante fuerte, con mucho miedo" después de que Carmen accediera a su historial.

Una perito propuesta por la defensa, psicóloga forense, explicó que, en base a la documentación previa sanitaria y judicial, entrevista y pruebas psicométricas, la acusada presentaba un trastorno adaptativo mixto que se iniciaría en 2016 y se agravó en 2018 por una situación estresante que le generaba ansiedad y depresión, así como una base paranoide, obsesiva y compulsiva (que le hacía entrar repetidamente a los historiales).

"Notablemente alterada"

Además, opinó que la capacidad cognitiva de Carmen estaba presente, pero la volitiva (decidir y ordenar la propia conducta) la tenía "notablemente alterada".

Carmen también accedió 134 veces y sin justificación asistencial a la historia clínica electrónica de su hija, menor de edad, sobre la que ejercía su patria potestad y ostentaba su guarda y custodia.

El ministerio fiscal consideró que la prueba pericial aportada por la defensa carecía de imparcialidad, reclamó por cada uno de los dos delitos contra la intimidad la pena de 21 meses y 15 días de prisión, así como 11 meses y 7 días de multa a razón de 5 euros diarios y 4 años y 6 meses de inhabilitación.

La acusación particular reclamó un delito más de descubrimiento de secretos en relación con el acceso a los datos clínicos de la hija de la acusada, estimó que esta era plenamente consciente de sus actos y solicitó 4 años de prisión por cada uno de los delitos con agravante de parentesco respecto a su ex y la hija que tienen en común con prohibición de aproximación a las víctimas de 5 años.

La defensa consideró que se trata de un único delito continuado de revelación de secretos que recogería los dos que le imputa la fiscalía, con tres atenuantes: la consignación de la indemnización, tener una alteración psíquica y la confesión de los accesos a los historiales.