Vecinos denuncian daños por la obra del Círculo Católico: "Veo la calle por una grieta"

Aseguran que los desperfectos aparecieron hace aproximadamente un año

Lamentan que la promotora y la constructora no les ofrezcan soluciones

Grietas en las paredes que permiten ver la calle, desperfectos en el techo, tablillas de madera del suelo separadas y levantadas o marcos desplazados que impiden cerrar bien las puertas. Son algunos de los daños que denuncian dos vecinas del edificio que se yergue en el número 23 de la céntrica calle López de Neira, a pocos metros de Príncipe, por causa de las obras de rehabilitación del Círculo Católico de Obreros, donde habrá viviendas, garajes y locales comerciales. Su gran temor: que el bloque se venga abajo, aunque un perito contratado por ambas les ha asegurado que no hay riesgo.

Soportan esta situación desde hace aproximadamente un año, algunos meses después de comenzar las obras –lo hicieron a mediados de febrero de 2022–. Llevan su queja a este periódico tras intentar sin éxito que la promotora –Barcial Inversiones– o la constructora –Oreco Balgón– se hiciesen cargo de estos deterioros, los cuales ellas relacionan directamente con la actuación de reforma del histórico inmueble, que forma parte de un proyecto que recupera un solar vacío y dos edificios localizados en los números 18, 20 y 22 –el 18 se corresponde con el Círculo Católico de Obreros–.

Tanto a la promotora como a la constructora les enviaron un burofax para reclamar “simplemente el arreglo de los desperfectos”. “No queremos dinero. Vinieron responsables del seguro de las dos entidades y nos preguntaron si queríamos una indemnización, pero no es nuestro objetivo. Su primera respuesta fue que los daños se originaron por el paso de camiones pesados por López de Neira –ya no circulan por esta vía a petición de los vecinos–, no directamente por la obra. Después, ya nos comunicaron que no se hacían responsables. También recibimos al arquitecto y el aparejador”, lamenta Aida María Márquez, vecina del segundo, donde reside con su marido.

Su vivienda tiene cicatrices por todas las paredes que dan hacia la zona de las obras. El salón es el espacio más afectado: el techo se cae a trozos justo encima de uno de los sofás y, en unas de las esquinas, el tamaño de la brecha permite ver la calle. “En invierno, para evitar que entrase el frío, coloqué plásticos y mantas pegadas con cinta”, destaca mientras mira los restos del material adhesivo en la pared. Además, los bloques de la encimera se separaron. Explica que el edificio que se levanta en el número 21 –al que, a diferencia del suyo, los responsables de la obra sí le ofrecieron el protocolo de grietas, así como al 19 y un hotel y restaurante próximos– está menos afectado porque fue reformado. Su bloque, el del 23 es de 1912, según concreta.

Grieta en el salón del segundo piso.

Grieta en el salón del segundo piso.

A su lado, Clara Martínez, residente del primero, donde vive con su hijo menor de edad, explica que la dificultad de resolver el caso puede estar en que el edificio no colinda con el terreno en el que se desarrollan las obras, pero tanto ella como su vecina tienen claro que la responsabilidad es de la promotora o la constructora. “Excavaron 10 metros y hubo corrimientos de tierras. Las paredes se han movido. Cuando Clara reformó su piso, no se produjo ni una sola grieta, y eso que echó todo abajo y lo levantó de nuevo, hasta el techo”, apunta Aida María Márquez, que lleva casi toda su vida en este hogar del centro de la ciudad, donde ya residía con su madre.

Acuden hoy al Concello para denunciar esta situación y reclamar ayuda. Insisten en que su única petición es que la promotora o la constructora se hagan cargo de los arreglos. “Basta con que algunos de los obreros que están trabajando en la obra utilicen los materiales que tienen y solucionen nuestros problemas”, indican antes de reconocer que no están en contra de que se le dé vida a los terrenos en los que descansaba antaño el Círculo Católico de Obreros y los edificios del entorno, sino todo lo contrario.

Daños en las láminas de madera del suelo del primer piso.

Daños en las láminas de madera del suelo del primer piso.

Consideran que este proyecto ofrece la oportunidad de “revivir” esta zona “olvidada” del centro de Vigo. Aprovechan para reclamar al gobierno local que humanice este tramo del vial, actuación ya contemplada entre Príncipe y Doutor Cadaval, calle que también necesita un lavado de cara, precisamente, hasta la confluencia con López de Neira.

Desalojo de Serafín Avendaño

Según ha podido saber FARO, los vecinos desalojados del edificio de Serafín Avendaño por riesgo de derrumbe hace más de dos semanas todavía no han vuelto a sus casas. Las familias afectadas tuvieron que abandonar sus hogares después de que se desprendiese una parte de la fachada, con grietas importantes.

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