La “batalla” de los gigantes de la comida rápida se recrudece

Burger King abrirá un restaurante con aparcamiento en la parcela contigua al local de McDonald’s en la Gran Vía

Solar en el que se levantará el Burger King, al lado del McDonald’s.  | // J. TENIENTE

Solar en el que se levantará el Burger King, al lado del McDonald’s. | // J. TENIENTE / Borja Melchor

La huella de los restaurantes de comida rápida será más grande. El Concello acaba de conceder la licencia de obra a Burger King España SLU para la construcción de su séptimo negocio en la ciudad. Lo más curioso es el emplazamiento: estará ubicado en la Gran Vía, justo al lado de su máximo competidor en el mercado, McDonald’s, sobre un solar sin actividad actualmente. Un movimiento cada vez más habitual que recrudece la batalla entre los dos gigantes del sector, que también se respiran en la nuca en el centro comercial Vialia, Porto do Molle u Ourense.

El presupuesto de ejecución material para dar vida a un nuevo Burger King en la avenida de la Gran Vía asciende a más de 725.000 euros. Los trabajos contemplan el acondicionamiento de la parcela para crear un aparcamiento y la ejecución de un edificio para el restaurante, que contará con una planta baja y otra primera: en total, más de 435 metros cuadrados en los que la cadena internacionalmente conocida por sus hamburguesas ampliará su oferta en la urbe olívica.

En el duelo entre Burger King y McDonald’s, en cuanto al número de locales, gana la primera, con sedes en los centros comerciales A Laxe, Travesía y Vialia, Pizarro, avenida de Madrid y A Florida, dos de ellos sumados a finales de 2021: el del complejo de Vía Norte y el de Pizarro. Son seis –y serán siete– frente a los cinco de la competencia: Gran Vía, centros comerciales Gran Vía y Vialia, Samil y el parque comercial Meixueiro. Ambas firmas tuvieron presencia en Urzáiz; Burger King, además, en los bajos del antiguo Hotel Samil.

El diseño del nuevo Burger King tendrá en cuenta las directrices marcadas por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, que resolvió autorizar la actuación con ciertas condiciones por realizarse en un entorno de protección de tres viviendas que fueron concebidas por el arquitecto Francisco Castro Represas –autor del edificio Ribas, el Albo o el del Real Club Náutico de Vigo– entre los años 1939 y 1940, de las que únicamente se conserva una.

El organismo autonómico, para asegurar que se respetan las técnicas tradicionales de la arquitectura gallega, determina que se deberán usar materiales nobles en la fachada y se podrá emplear aluminio en las carpinterías exteriores –de acabado lacado–. Entre otras advertencias, prohíbe instalar acabados de imitación.

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