La UVigo lidera un consorcio europeo para cifrar el valor monetario de los suelos sanos

El proyecto InBestSoil tiene una financiación de casi 6 millones de euros, reúne a 19 socios de 10 países y abordará varios casos de estudio, entre ellos, la mina de Touro

Primera reunión del consorcio InBestSoil en Zagreb.

Primera reunión del consorcio InBestSoil en Zagreb. / Cedida

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Los suelos son fuente de alimento y bienestar, así como un factor clave para la gestión del agua o la mitigación del impacto del cambio climático. Pero también son recursos no renovables, así que su salud deber ser una prioridad. La UVigo lidera un consorcio europeo para determinar el valor económico de los distintos servicios ecosistémicos que proporcionan –desde el suministro de alimentos a la regulación de las inundaciones y la conservación del patrimonio cultural– y cuyos resultados contribuirán a la creación de nuevos modelos de negocio y recomendaciones políticas.

En Europa hay un elevado porcentaje de suelos degradados y su recuperación es costosa. Pero después generan seis veces más ingresos que la inversión realizada. Una mina contaminada quizá requiera más esfuerzos, pero la media del retorno frente al coste social es ésa”, destaca Diego Soto, investigador del grupo de Agrobiología Ambiental de la UVigo y coordinador del proyecto InBestSoil.

Diego Soto.

Diego Soto. / Cedida

“La idea es estudiar diferentes zonas en Europa que ya han sufrido un proceso de restauración del suelo y dar un valor a esas funciones, no solo a la agrícola, que es más fácil de cuantificar. También vamos a desarrollar nuevos modelos de negocio para que la sociedad sea más consciente de que estas inversiones pueden generar un beneficio y una serie de recomendaciones para los políticos, así como incentivos para los fondos de inversión”, explica sobre la contribución del proyecto a la Estrategia del Suelo de la UE para 2030.

InBestSoil fue seleccionado en el programa Misiones de Horizonte Europa, involucra a diez países y recibirá casi 6 millones de euros –la UE aporta 4,6 y el resto proceden de Reino Unido y Suiza– hasta finales de 2026. Los 19 socios son universidades, empresas, asociaciones de agricultores, ONG y otras entidades. Y el primer encuentro se celebró hace dos meses en Zagreb.

El retorno de las zonas recuperadas es seis veces mayor que la inversión

“Es un proyecto muy ambicioso que reúne a gente de ámbitos muy diversos. Mi área es ciencias del suelo pero también hay sociólogos porque queremos saber qué piensan los agricultores y los gestores del territorio, así como expertos en desarrollo de políticas o modelos de negocio”, apunta Soto, que actualmente trabaja en la Politécnica de Cartagena, otra de las entidades participantes.

Los suelos con buena salud van a dar lugar a alimentos de mejor calidad y además nos van a ayudar a regular el clima porque almacenan carbono y evitan que llegue a la atmósfera. También están interrelacionados con otras áreas como la gestión del agua y la biodiversidad. Son la frontera con todos estos factores”, subraya.

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Foto de grupo de la primera reunión del consorcio InBestSoil en Zagreb. / Cedida

La iniciativa, en la que también participa la consultora viguesa Inxenia Desarrollos Tecnológicos, analiza los diferentes tipos de suelos. Los industriales están representados por las minas abandonadas de Touro, la única zona gallega incluida, y la de uranio en Ciudad Rodrigo (Salamanca).

También se analizarán dos actuaciones realizadas en áreas periurbanas de Zagreb (Croacia) y Vilna (Lituania) para evitar las riadas. Y, como ejemplo de suelos forestales, estudiarán El Baldío de Talaván, una dehesa extremeña gestionada por la Fundación Global Nature y en la que conviven la ganadería y la agricultura con la conservación de la naturaleza; y un bosque boreal de Letonia en el que se aplican diferentes técnicas, entre ellas, el uso de residuos de la industria maderera, para mejorar la calidad de los suelos.

Mina de cobre Touro.

Mina de cobre Touro.

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Sin los suelos, la vida no sería posible. Son fuente de alimento y de productos farmacéuticos, hábitat para organismos y base de nuestras infraestructuras. El proyecto InBestSoil pone en valor tres actuaciones de regeneración en España: la mina de cobre de Touro (en la imagen) y la de uranio en Salamanca y la dehesa El Baldío de Talaván donde se utiliza el agro-pastoreo para regenera suelos agotados por la agricultura convencional.

El objetivo del consorcio es trascender el ámbito científico. “Queremos llegar a la sociedad, por eso contamos con socios de perfiles tan diferentes. Por ejemplo, una de las empresas distribuye productos ecológicos y sus clientes nos pueden aportar información muy interesante. Los consumidores cada vez están más concienciados y dispuestos a comprarlos aunque sean un poco más caros, pero este proyecto puede contribuir a que se reduzcan los precios”, apunta Soto, que en 2020 recibió el premio a la mejor tesis de la Sociedad Española de Ciencias del Suelo.

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