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José Fernández | Director general de Cofano

“Hay remesas de medicamentos que se han parado por falta de papel para los prospectos”

“Existen problemas de suministro de algunos fármacos pero no es alarmante: se pueden cubrir con otras marcas”

José Fernández, director general de Cofano, en la sede central de la empresa en Vigo. Alba Villar

Desde los cuatro almacenes que la viguesa Cofano tiene en Galicia, se distribuyen a diario unas 150.000 cajas de medicamentos a las farmacias. Su director general desde 2005 es José Fernández, que analiza para FARO la complicada situación que está atravesando el sector, especialmente derivada de los problemas de suministro.

– ¿Qué está sucediendo en las farmacias, en las que faltan constantemente medicamentos?

–Hay algún problema de aprovisionamiento, de suministro irregular. Pero esto no ocasiona un desabastecimiento porque normalmente de las moléculas de los medicamentos hay muchas presentaciones y muchas marcas que venden esa misma molécula. Siempre se cubren. Los farmacéuticos eso lo saben hacer muy bien, y si no lo pueden hacer con lo que hay en el mercado, recurren al médico y se puede cambiar la prescripción por productos que son similares. Por ejemplo, lo que está pasando con la amoxicilina: hay problemas con este antibiótico para niños, pero eso no quiere decir que haya desabastecimiento, lo que pasa es que hay presentaciones que no vienen cantidades suficientes y hay que recurrir a otras marcas para complementarlo.

–Pero en la web de la agencia española del medicamento pone que muchos fármacos están en falta, es decir, no se están suministrando.

–En esos casos sí que es desabastecimiento, pero eso ya ocurría antes. Ahora pasa un poco más porque, adicionalmente al problema de fabricación que puede tener un laboratorio concreto, surgen problemas de falta de cartón, de aluminio para hacer los blísteres, de plástico… Entonces habrá veces que tendrán que parar la producción de una molécula en concreto por este tipo de motivos. Por ejemplo se ha detenido la fabricación de alguna partida de medicamentos porque el fabricante no tenía papel para los prospectos, o porque no tienen aluminio para cerrar el blíster… Pero siempre es mucho menor que en el resto de los sectores. Y no es para nada alarmante.

–¿Hay algo ahora mismo que un farmacéutico no le pueda solventar a un paciente cuando va a pedirle un medicamento concreto?

–Yo creo que no. Incluso con la amoxicilina, con todos los problemas respiratorios que hay, se está solucionando. Todos los días entran partidas de amoxicilina para niños, pero tenemos las unidades limitadas por farmacia para que no haya una mala distribución, de esa forma conseguimos que sea homogénea.

–¿Y qué pasa cuando a una farmacia se la acaba el antibiótico con amoxicilina para niños?

–Debe esperar al día siguiente para tener más o hablar con el médico y conseguir un cambio de antibiótico.

–Los farmacéuticos hablan de muchos problemas logísticos por parte de los fabricantes.

–Es así. A nosotros los laboratorios nos sirven prácticamente todas las semanas, y notamos que hay algunas referencias que ahora vienen de forma entrecortada. Una vez sí, otra no…

–¿Todo esto viene derivado todavía por las consecuencias de la pandemia?

–Es básicamente por eso. Creo que lo de Ucrania influye menos. Antes de la guerra ya había problemas de aprovisionamiento a nivel mundial.

–¿Cuándo creen que el suministro y la distribución se van a volver a estabilizar?

–Así como puedo decir que tenía claro que la huelga de transportistas no nos iba a afectar nada, porque nadie para a un camión que lleve medicamentos, de esto no sabría decirte. Es posible que tarde un poco. El mundo estaba tan engranado después de no haber ocurrido prácticamente nada en los países civilizados en decenas de años, que ahora con una pandemia y una guerra, volver a lo de antes igual va para largo, a lo mejor cinco años.

–¿La población ya acepta mejor tomar genéricos o medicamentos con el mismo principio activo que el que el médico le recetó pero de otra marca?

–Creo que sí. El genérico ya tiene mucha implantación, ya no es una novedad para nadie. Al principio estaba el mito de que era de peor calidad y que por eso era más barato, pero eso ya se ha caído.

–Además de la amoxicilina, ¿actualmente cuáles son los medicamentos que más están faltando en las farmacias?

–Ha habido problemas con alguna presentación de Paracetamol, Ibuprofeno y también de Omeprazol. Son fármacos de uso muy cotidiano, pero no ha generado ningún problema. El que no haya alguna referencia de un laboratorio muy concreto ya nos obliga a controlar todos, porque se van a disparar las demandas hacia las demás. Se cubren unos con otros sin ningún problema.

–Cuando una farmacia de Vigo les pide un medicamento que tienen en almacén, ¿cuánto tardan en suministrárselo?

–En hora y media. Y si lo tenemos que pedir a fábrica, hay un sistema de encargos y nos puede tardar cuatro o cinco días.

–¿Cómo recuerda los primeros meses de la pandemia?

–Fue un horror, la demanda era tan alta y la cantidad de producto era tan poca, que era imposible cubrirla. Y además, la locura de los precios. Ahí hubo muchos problemas de logística.

–Cofano ha crecido, y mucho, en los últimos años.

–Somos una cooperativa que tradicionalmente, hasta 2017, cubríamos las provincias de Ourense y Pontevedra. Teníamos una cuota de mercado del 65% en cada una y una relación muy cordial con Cofaga, que era la que cubría A Coruña y Lugo. Pero hubo un movimiento empresarial a nivel español y Cofaga fue absorbida por una cooperativa andaluza, y nos vimos comercialmente atacados, por lo que montamos un almacén en A Coruña. Nuestra facturación pasó de 225 millones en 2016 y ahora vamos a acabar con unos 310, es un incremento importante, sobre todo para una empresa de capital 100% gallego. En la zona norte ahora ya tenemos el 16% de cuota de mercado.

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