La incertidumbre provocada a nivel mundial por consecuencias de la pandemia y sobre todo por todo lo que está generando la guerra en Ucrania está afectando también a las farmacias. En los últimos meses las boticas de Vigo han tenido importantes problemas de suministro de medicamentos. La elevada demanda de algunos fármacos y los problemas en las cadenas de logística han cogido con el pie cambiado a los fabricantes, provocando unos problemas de abastecimiento como no se recuerdan en años en las boticas. Hay medicamentos que llevan meses “en falta”, es decir, no se distribuyen, y otros “desaparecen” del mercado de forma intermitente.
Por ello, varias farmacias de Vigo están apostando por hacer un acopio de los medicamentos más demandados por sus clientes para intentar adelantarse a las roturas de stock. “Cuando nuestro delegado nos comunica que puede haber problemas de suministro hacemos un gran acopio, y cada vez estos problemas son más habituales”, asegura Amil López Viéitez, al frente de una botica en la calle Nicaragua.
Varias boticas de la ciudad, por ejemplo, han hecho acopio de Caverject, un fármaco indicado para el tratamiento de la disfunción eréctil en los varones adultos, incluyendo la impotencia. Se trata de un fármaco con dificultades habituales de distribución. Al igual por ejemplo que el Rivotril, un medicamento que pertenece al grupo de las benzodiacepinas y que es uno de los más utilizados para el tratamiento de trastornos como la ansiedad o el estrés. También se utiliza para hacer frente a la epilepsia y actualmente es un fármaco que está en rotura de stock, situación que se espera que se solucione a finales de mes, al igual que la del Dumirox de cien miligramos, la principal pastilla usada contra la depresión.
Las soluciones que ofrecen los farmacéuticos a los pacientes que acuden con su receta a por un medicamento que no está disponible es o bien ofrecerle algún genérico o pedirles que vayan al médico de cabecera a que les cambien el tratamiento para recetarle otro tipo de fármacos. Pero hay una tercera vía. Y es que hay boticas que están adscritas la herramienta de LUDA Partners, una red digital en la cual el farmacéutico puede incluir el código del medicamento que está buscando el cliente y que está desabastecido, no está disponible en el mercado y comprobar si alguna farmacia cercana tiene alguna caja en stock porque no la ha vendido y a la que se puede derivar directamente a la persona interesada. Es decir, ayudan a localizar un medicamento.
“Lo ideal sería que todas las farmacias tuviesen esta herramienta, porque estar conectadas de manera digital ayudaría a los pacientes y podríamos evitar que pierdan adherencia con su tratamiento”, explica Amil López. El buscador de LUDA Partners se utiliza como cualquier buscador de Internet.
De momento, son cincuenta las boticas gallegas adheridas a esta red. Uno de los medicamentos más buscados por las farmacias en esta herramienta es Pritor, indicado para el tratamiento de la hipertensión arterial en adultos y que se utiliza también para prevenir los problemas cardiovasculares, como ataques cardíacos y apoplejías. Aunque este no tiene problemas de suministro, sí que es habitual que alguna botica se quede sin este fármaco en algún momento concreto del día, porque es uno de los medicamentos más recetados (solo se dispensa mediante prescripción médica), por lo que se suele derivar a los pacientes a boticas cercanas utilizando la herramienta LUDA Partners para localizar cuál de ellas tiene alguna caja disponible. Trankimazin (tratamiento para la ansiedad) o Kreon (para la insuficiencia pancreática) son otros de los fármacos más demandados en las boticas de la ciudad.
Según el último informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, en el primer semestre de 2022 hubo un 31% más de presentaciones de medicamentos con problemas de suministro que en el semestre anterior (junio-diciembre 2021). El incremento es todavía mayor (38%) si se compara con el mismo semestre del año anterior.
Las pruebas combinadas de COVID y gripe, ya disponibles
Ya es posible detectar por uno mismo en 20 minutos tanto la infección por coronavirus SARS-CoV-2 como por gripe A o B. Los test de antígenos combinados han llegado a las farmacias gallegas a tiempo para el otoño, estación en la que se prevé una incidencia importante de gripe estacional, además de una nueva ola de COVID. El precio –2,94 euros– y el funcionamiento son idénticos a los de las pruebas rápidas que solo detectan COVID-19. Conviene hacer estos test no antes de tres días después del contacto con una persona infectada. Se debe repetir la prueba los días siguientes si persisten los síntomas pero da negativo.
