La administración de la cuarta dosis frente al COVID-19 llega mañana martes a los centros de salud. El Servicio Galego de Saúde (Sergas) inicia las repescas de aquellos mayores de 80 años que no acudieron a su cita en el vacunódromo del Álvaro Cunqueiro. Según datos de la Dirección del Área Sanitaria de Vigo, fueron “aproximadamente 10.000 personas”. Mediante un SMS, les citarán ahora más cerca de sus domicilios: en 23 de los 45 ambulatorios de la comarca –las cabeceras de Atención Primaria–.

El Sergas responde que no está “disponible” el dato de los mayores de 80 años que, desde el viernes 7 de octubre y hasta el domingo 16, acudieron al hospital de Beade a pincharse el segundo refuerzo frente al SARS-CoV-2 y, si lo deseaban, la vacuna antigripal. Pero, según las cifras de citados difundidas con anterioridad –18.000 de más de 85 y 14.000 entre 80 y 85 años–, se puede inferir que renunciaron casi un tercio de los 32.000 convocados.

Unos diez mil mayores de ochenta años renunciaron a vacunarse en el Cunqueiro

Esta repesca, que concluirá el viernes, se desarrollará en 14 centros de la ciudad de Vigo –Teis, Lavadores, Doblada, Sárdoma, Matamá, Navia, Coia, Casco Vello, López Mora, Pintor Colmeiro, Rosalía de Castro-Beiramar, Coruxo y el PAC de Pizarro–y nueve del resto del área–Moaña, Cangas, Redondela, Porriño, Ponteareas, A Cañiza, Val Miñor, Tui y A Guarda–. Lo que se ha realizado desde un inicio es la vacunación en domicilios. Van 2.472 personas inoculadas en sus casa.

Unos diez mil mayores de ochenta años renunciaron a vacunarse en el Cunqueiro

“Se agota caminando y así esperamos tranquilas en el coche”

Pilar Rodríguez y Begoña Carrera

Unos diez mil mayores de ochenta años renunciaron a vacunarse en el Cunqueiro

“Las otras veces, con la silla de ruedas, fue más rápido”

Manuel Carrera y Pastora González

Con unas 6.500 personas citadas al día, el Ifevi tomó hoy el relevo al Cunqueiro, con el inicio de la doble vacunación a los 39.000 septuagenarios del área. La gran novedad es la posibilidad de pincharse sin bajarse del coche, un servicio reservado exclusivamente a personas con movilidad reducida.

Como Carmen Hermida, de 78 años, que las anteriores veces tuvo que desplazarse desde el coche en silla de ruedas. “Era más engorroso y llevaba más tiempo”, juzga su hijo, que esta mañana la llevaba a ella y a su padre, Antonio Conde, de 77 años. Esperaron 10 minutos para acceder al pabellón y tardaron otros 4 en inmunizarles. Helmud Martínez acompaña a Carmen Solleiro, de 71 años y movilidad reducida por enfermedad. Calcula que llevan más esperando: “Una media hora”. Le vacunaron en el mismo taxi, a la que esto vecinos de Cabral tendrán que abonar unos 30 euros por la carrera. “Merece la pena, pero podían hacerlo mejor, más rápido”, opina.

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Pastora González y Manuel Carrera, de 71 y 80 años y procedentes de Tui, creen que fue más rápido las otras veces, que aparcaban a la puerta y le acercaban a él en silla de ruedas. En cambio, Pilar Rodríguez, de 75 años, y su hija Begoña Carrera, les gusta esta nueva opción. “Se agota caminando y así esperamos tranquilamente en el coche”, cuenta, con el andador en el asiento trasero. No aguardaron mucho: 10 minutos y ya le pincharon.

En el pabellón de al lado, el Sergas desplegó 16 puestos de vacunación. Por la mañana, la circulación era muy fluida. Por la tarde, usuarios denuncian colas de más de una hora. El Sergas pide a la gente que, en la medida de lo posible, respeten los horarios de citación para evitar estas aglomeraciones.