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La Policía sopesa que Salgado conocía a la persona que lo mató en el garaje de Rosalía de Castro

Por la posición en la que se halló el cuerpo de la víctima, esta no se habría defendido al conocer a su asesino y evitar un enfrentamiento | La acusación pide nuevas testificales

El garaje donde sucedió el crimen, en 2004. En el cuadro, Manuel Salgado. A. GARCÍA - R.J.

En noviembre de 2020, un grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Madrid comenzó a revisar todos los legajos y documentación relativos a uno de los crímenes sin resolver de Vigo: el asesinato, de un único tiro en la cabeza, de Manuel Salgado en su garaje de la calle Rosalía de Castro, en abril de 2004. Detrás de esta revisión se encuentra parte de la familia de Salgado, concretamente sus sobrinos, que luchaban para que la causa no prescribiese.

Ante la posibilidad y viabilidad de la práctica de nuevas diligencias, el magistrado del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, Juan Carlos Carballal, acordó la reapertura del caso tras su archivo provisional en 2006 al no poder atribuírsele entonces a nadie la autoría de la muerte de este vigués de 56 años.

La nueva prueba practicada –consistente en la toma de declaración a testigos en sede policial así como análisis de las balas recogidas en la escena del crimen y posteriores comparativas–, junto a la revisión de las miles de páginas que integran el sumario, permitió a los investigadores trazar una nueva hipótesis sobre el crimen. Si bien la sospecha de un sicario siempre ha estado sobre la mesa, los policías no descartan que Salgado conociese al propio autor del disparo.

Círculo próximo o familiar

En sus conclusiones, los agentes dejan claro que aunque no existan evidencias de la autoría con respecto a una persona en concreto, sí sopesan que el inductor o incluso el autor material del crimen se trate de una persona de su entorno o de su círculo próximo.

Esta versión encajaría basándose en dos premisas. Por un lado, la propia víctima confesó a sus amigos, días antes de su muerte, que se sentía amenazado. “Mi vida tiene fecha de caducidad, como un yogur”, llegó a afirmar Manuel Salgado. La segunda razón que sustenta esta hipótesis es la posición en la que se halló el cadáver. Los agentes tienen claro que el asesino se encontraba entre la víctima y la rampa del garaje. Consideran que el fallecido pudo ver a su asesino y optó por entrar en el vehículo, posiblemente a modo de protección, evitando así enfrentarse a él.

Dos vainas y un cartucho hallados en el lugar del crimen. FdV

El casquillo de la bala que acabó con su vida es el mismo que el recabado en el mismo garaje, disparado una semana antes, si bien esta no llegó a detonar.

En cuanto a la posición del cuerpo, por la situación del disparo, Salgado tendría que haber caído boca abajo, aunque apareció de lado. En este extremo, no se descarta que fuese la propia víctima quien se moviese o el asesino se acercase a él para comprobar su fallecimiento. Del escenario se llevaron las llaves y su teléfono móvil.

Dos investigados

Hasta el momento, solo dos personas fueron detenidas e investigadas por el crimen: su ex mujer y la entonces pareja de ella. Un posible móvil económico se vincularía al crimen. Sin embargo y ante la falta de pruebas sólidas contra ambos, la Audiencia dejó libre a ambos de todo cargo en 2006.

Nuevas testificales

Para tratar de arrojar luz al caso, la acusación particular solicitó ahora la testifical de varias personas, petición que tendrá que ser admitida por el juez, y sobre la que la Fiscalía no se ha pronunciado todavía. Por Comisaría sí ha sido citado su hijo, director de un colegio de área de Vigo, si bien se acogió a su derecho a no declarar.

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