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Benito Regueiro García Ex jefe de Microbiología del Chuvi y personal emérito

“Queremos crear un robot que permita cribar todo Vigo en una semana”

“La idea es integrar al Sergas, la Universidad y la industria en un gran proyecto con financiación europea”

El catedrático Benito Regueiro, en una foto de archivo. MARTA G. BREA

Fue uno de los científicos de referencia para la gestión de la pandemia tanto a nivel gallego como nacional y él y el servicio de Microbiología que lideraba desarrollaron sistemas pioneros de diagnóstico que permitieron tener un mejor control de la expansión del virus que en otros territorios. Con la última gran ola de la pandemia de retirada, el catedrático Benito Regueiro colgó la bata en el Álvaro Cunqueiro en marzo y, hace tan solo un mes, en la Universidad. El Sergas lo ha rescatado como personal emérito y él se siente muy agradecido. Ahora centrará su labor en la investigación

–¿Contaba con volver?

–De alguna manera, era un aspecto pendiente. Cuando Sanidade, hace 7 años, me dio la oportunidad de venir a Vigo, me marcó dos objetivos: uno asistencial y otro de investigación. ¿Qué ocurrió? Dediqué mi tiempo sobre todo al asistencial. Hemos tenido proyectos de investigación importantes, pero podía hacer más. Y, después de todos estos años, tengo un currículum que puede atraer financiación en un momento que es muy importante para Vigo. El instituto [de investigación sanitaria Galicia Sur] acaba de acreditarse y hay un periodo de 5 años en el que debe confirmarse . El instituto tiene que demostrar que tiene una gran capacidad. Es una fase especialmente competitiva y difícil. Es de agradecer que hayan pensado en uno y para mí es un reto interesante.

–¿Cuáles son los proyectos de investigación que quiere sacar adelante en esta nueva etapa?

–Hay dos retos que me interesan mucho. El primero es algo que vimos durante la pandemia. Los grandes sistemas diagnósticos tienen un problema: no podemos alimentar de una manera continua los grandes equipos. Está claro que necesitamos avanzar en una carga continua de los equipos y que haya sistemas automatizados y robotizados a nivel de la biología molecular o de la genómica en los que podamos trabajar como si fuese una cadena industrial, de forma permanente, todo el día. Que esté produciendo resultados de forma automática. Pese a que tenemos grandes recursos y hemos llegado a hacer hasta 15.000 muestras diarias, esto supone una vigilancia continua de los equipos, tener que personal permanentemente… Hay una posibilidad teórica de conseguir un sistema de carga ilimitada continuo y lo queremos hacer.

–¿Cómo sería?

–Contamos con los recursos del Sergas, pero además aquí tenemos la Universidad e industria robótica avanzada. La cosa es integrar todo el sistema y conseguir financiación europea para crear un gran proyecto. Desde el punto de vista teórico es factible. Ahora hay que crear los robots y los programas inteligentes que manejen los brazos robóticos.

–Ahora que ya no se hacen tantos test de COVID, ¿para qué se podría utilizar?

–Es un problema general. Sucede en todos los campos. Si una institución como Salud Pública decide hacer un cribado de cobertura general de Vigo, son 300.000 muestras de personas y tardaríamos casi un mes en procesarlas. La idea es que puedas hacerlo en un tiempo récord de una semana o menos. Cada vez vamos a una medicina más personalizada y el médico necesita un argumento analítico.

–¿Valdría para cualquier enfermedad?

–Sí, de Microbiología, de Oncología... Sirve para cualquier cosa. Es resolver un problema logístico. Cómo gestionas grandes cantidades de muestras de una manera rápida y eficaz.

–¿Y el otro reto?

–Tiene que ver con toda la capacidad que hemos desarrollado de secuenciación masiva para el COVID y que, afortunadamente, ya no necesitamos. Hay una diana muy interesante, el microbioma, en la que cada vez se están metiendo más sectores de la medicina. Tiene un enorme valor tanto para el pronóstico de las enfermedades como para la gestión de los tratamientos. Cuando uno se toma una medicación, es la flora intestinal la que va a metabolizar parte. La idea es saber cómo es esa flora y cómo metaboliza las cosas o utilizarlo como sistema para predecir la evolución de un paciente, si un tratamiento va a funcionar o no. Son muestras sencillas fáciles de tomar. Estamos intentando hacer un grupo para trabajar, por ejemplo, la fragilidad en la gente mayor y cómo alguien que está bien, de pronto, evoluciona a una situación más frágil. Será uno de los grandes ejes de desarrollo tanto de la Microbiología como de la Medicina.

–¿También se podrán crear tratamientos?

–En el campo pronóstico, siempre hay la posibilidad de cambiar la microbiota. Es manipulable y hay varios sistemas, algunos muy simples, para conseguir cambiarla y ponerla a favor tuyo, pero todavía está en una fase inicial. Entre otras cosas, porque técnicamente tener la información completa de la microbiota no está al alcance de todos. La ventaja ahora es que nosotros tenemos una gran capacidad en ese aspecto por las necesidades que teníamos de seguimiento del virus y de las variantes.

–Es lo bueno que ha dejado la pandemia, un montón de tecnología que se puede emplear ahora en otras cosas, ¿no?

–También ha dejado otras cosas buenas como que la gente se acostumbre a lavarse las manos o que no te vayan a echar de un sitio porque lleves mascarilla. Las pandemias generan muchos disgustos, pero también alguna satisfacción y lección.

–¿Y con la capacidad que tenían de las PCR del pooling qué se va a hacer?

–Algunas máquinas seguirán funcionando y de otras, por los sistemas de gestión económica de los recursos sanitarios, prescindiremos. Lo que diseñamos tuvo mucho sentido en el momento que lo hicimos y quedó muy bien demostrado. Las cifras de la pandemia en Galicia, en base a la gestión y a la capacidad diagnóstica que pusimos encima la mesa, han sido bastante favorables comparadas con otros sitios. Pero si volviese la pandemia, habría que planteárselo de otra manera. Si desarrollas un sistema, funciona durante un tiempo. Si las cosas cambian, hay que adaptarse y esto es lo interesante. Es lo que hacemos en los laboratorios y, especialmente, los de Microbiología, que nos enfrentamos a muchos patógenos nuevos o menos nuevos, pero que vuelven y que no los teníamos en primera línea. Lo que se hará en el Sergas, supongo, será redimensionar y hacer una reingeniería de todos los recursos adaptándolos a las nuevas situaciones que vamos a tener que enfrentarnos. Aún ayer sacaban un salto de especie en la gripe aviar, en Guadalajara. Tendremos que tener los recursos para detectarlo. En COVID, estamos con la ómicrom, pero no será la última y habrá que adaptar los sistemas de diagnóstico. Hemos tenido por el medio la viruela del mono, cuando ya pensábamos que la habíamos superado. Esto es la vida en un laboratorio de Microbiología, siempre en actitud dinámica de cambio

–¿Cómo ve esta temprorada?

A nivel general y después de la experiencia de la pandemia, en que la gente ha perdido muchísimo, de entrada la veo bien. ¿Que puede haber aumento de casos según vaya avanzando el año? Es posible. Los recursos diagnósticos que disponemos ahora nos garantizan que podamos detectar relativamente rápido todos los cambios que pueda haber. El problema es que hay otro elemento jugando en el sistema. Si antes nos preocupábamos de los respiratorios sincitiales, rinovirus o influenza, pues ahora además nos tenemos que preocupar del covid, que también está jugando por el medio. Otra temporada como tantas de virus respiratorios. Afortunadamente tenemos vacunas y eso va a generar una disminución del riesgo. Y tenemos algún tratamiento, con lo cual incluso los que se arriesgan tendrán más posibilidades de salir adelante. Hay que seguir vigilando, vendrán temporadas más difíciles y lo importante es que haya médicos suficientes y que se pueda gestionar bien

–¿Son esperables variantes más agresivas?

–El virus está tendiendo hacia variantes de escape vacunal, lo que pasa es que ha habido una readaptación de la vacuna. Siempre que surgen variantes y se mantenga el virus activo, pues va a haber más frecuencia de infecciones en la gente. Ya conocemos mucho mejor la capacidad del virus. Para el que le causa problemas, pues es agresivo, evidentemente, pero creo que no es esperable las cifras y las mortalidades que hemos tenido al principio. Lo cual no quiere decir que no haya alguna mortalidad. Hay variantes que mejoran no tanto la capacidad de transmisión, sino el mecanismo de entrada . El virus está probando mecanismos nuevos y, cuando un virus se pone a probar cosas, pues siempre nos preocupan, porque una vez que lo tienes ya medido y sabes por dónde va sabes qué es lo que tienes que hacer. Cuando el virus gira en el juego y ya no necesita utilizar algunas herramientas que venía utilizando para poder entrar dentro de las células y utiliza recursos nuevos, pues tienes que volver a estudiar qué es lo que causa esos cambios y qué efectos colaterales puede tener. Se ha desarrollado una capacidad enorme de trabajo con este virus. Tenemos herramientas buenas y eso hace que podamos ser más rápidos, pero no podemos bajar la guardia.

-Una pandemia, menudo colofón para una carrera asistencial.

–Una pandemia tan llamativa no, pero virus circulantes los hemos tenido siempre. Al fin y al cabo, para el microbiólogo genera la misma problemática: tienes que ponerle el apellido al agente que causa la patología. Nos da igual que sea un virus o una bacteria resistente. Es una constante. No hemos tenido ningún periodo en el que no tuviésemos alguna preocupación. La pandemia ha sido un reto muy llamativo. A nosotros el mayor problema que nos ha planteado es precisamente logístico. No tanto el diagnóstico, porque somos capaces de desarrollar sistemas diagnósticos nuevos en cuestión de horas, una vez que tenemos la secuencia de un agente causal. Pero  lo que si nos generó novedad fue pasar de hacer 20 determinaciones a miles. Pero siempre ha habido situaciones . Ahora mismo, la de la gripe aviar, se está recrudeciendo polio, hemos tenido  viruela de mono… Un cuadro clínico que solo aparecía n en África y que hemos diagnosticado muchísimos casos en España, eso demuestra que tenemos un sistema diagnóstico francamente potente porque podemos hacer el cambio a diagnosticar otro tipo de virus. Ahora mismo está el tema del ébola de Sudán en Nigeria, que parece que está controlado allí . Los riesgos son y han sido siempre así. Sin confiarnos nunca. Una vigilancia inteligente permanentemente 

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