Unas vacaciones a La Palma que se torcieron en su tramo final por el paso del ciclón tropical "Hermine". Tanto, que ahora permanecen atrapadas en la isla. Patricia y María del Carmen Comesaña, dos hermanas viguesas, vivieron ayer en primera persona el caos que se vivió en el pequeño aeropuerto de este territorio canario debido a las malas condiciones meteorológicas. “Esto parece una isla fantasma, estamos rodeados de niebla”, describían. El plan era regresar ayer a sus casas, pero la cancelación generalizada de vuelos, entre ellos el suyo de Ryanair que debía partir con destino a Santiago, las mantuvo atrapadas allí. La única opción que les dio la aerolinea irlandesa fue reubicarlas en otro vuelo el viernes. Demasiada espera. Así que tuvieron que buscar otra solución: hoy irán en ferri hasta Tenerife, desde allí viajarán a Gran Canaria y mañana miércoles volarán desde esa isla a Vigo. Toda una odisea. “Nos tenemos que pagar todo nosotras, después tendremos que reclamarle a Ryanair”, afirman.
Como ellas, otra veintena de vigueses con billete en su mismo vuelo hacían cola en el aeropuerto de La Palma a la espera de una solución. “Nosotras llevamos en la cola desde las ocho de la mañana –su vuelo tenía la salida prevista a las 09.55 hora canaria– y aún nos quedará esperar unas dos horas”, afirmaba Patricia al filo de las cuatro de la tarde. Ella es abogada y su hermana es enfermera y lo ocurrido les obligará a faltar varios días a sus respectivos trabajos. “Yo afortunadamente no tengo ningún juicio al que asistir, pero debo presentar un escrito para un procedimiento, porque vence el plazo”, añadía esta viguesa.
Llegaron a La Palma el viernes. Eligieron esa isla para descansar cuatro días y ver el volcán. “El viernes hizo bueno, el sábado aunque ya había algo de niebla también y el domingo al mediodía aún pudimos ir a la piscina; pero después empezó a bajar la niebla de forma intensa y a llover; aquí la lava del volcán aún está caliente y debido a eso, por encima, empezó a subir mucho vapor de agua”, relata Patricia. El ciclón convirtió a La Palma, resume, en una “isla fantasma”. “Y ahora al final todo ha sido una locura”, resumen sobre el abrupto desenlace de sus vacaciones.