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Un pleito en alza: seis de cada diez despidos que acaban en la vía judicial son ya por causas disciplinarias

Los juzgados de Vigo registraron 319 litigios por estos ceses, que duplican a los motivados por razones económicas, propios de épocas de crisis

Los pleitos de despido los tramitan los juzgados de lo Social de Vigo. Alba Villar

Las demandas de despidos disciplinarios ya suponen más de la mitad de los pleitos de esta materia que se registran en los juzgados de lo Social de Vigo. Concretamente, este tipo de extinción de un contrato de trabajo están en seis de cada diez litigios de despido que llegan a la vía judicial, duplicando a los que se justifican por causas económicas u organizativas, que son los que suelen estar a la cabeza en épocas de crisis económicas.

Durante el primer semestre del año los siete tribunales vigueses que llevan materia laboral registraron casi 550 demandas por despidos, lo que supone una media de tres cada día. Las presentan los trabajadores afectados para batallar contra esos ceses. Los que se producen por causas disciplinarias han ido ganando peso y concretamente entre enero y junio se contabilizaron 319, frente a los 163 que respondieron a razones objetivas –aquellos en los que se alegan pérdidas económicas o motivos organizativos, técnicos o de producción– y los restantes 66 en los que los empleados que sufrieron esta severa medida denunciaron la existencia de vulneración de derechos fundamentales.

Despidos disciplinarios

319

58%

TOTAL

548

Despidos

por vulneración de derechos fundamentales

66

12%

Despidos objetivos

163

30%

Simón Espinosa

Despidos disciplinarios

319

58%

Despidos

por vulneración de derechos fundamentales

66

12%

Despidos objetivos

163

30%

TOTAL

548

Simón Espinosa

Despidos disciplinarios

319

58%

TOTAL

548

Despidos

por vulneración de derechos fundamentales

66

12%

Despidos objetivos

163

30%

Simón Espinosa

La empleada que “engordó” facturas y se quedó con dinero de la empresa

Un juzgado de lo Social de Vigo primero, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) después y finalmente el Tribunal Supremo en una reciente sentencia llegaron a idéntica conclusión en un caso de un despido disciplinario que acabó en los tribunales. El cese, zanjan los distintos magistrados que vieron el asunto, fue procedente. La causa que llegó a sus manos fue la de una administrativa de un negocio dedicado al comercio al por menor de prendas de vestir que fue despedida tras descubrirse que se quedó con dinero de la empresa. Según se relata en la última sentencia, la del Supremo, esta trabajadora se encargaba de labores de contabilidad y de gestionar los pagos en la empresa, entre ellos las nóminas, por lo que conocía las claves de las cuentas bancarias. Falsificando la firma del gerente y valiéndose de su puesto de trabajo, “engordó” facturas y gastos de viajes, apropiándose de cantidades de dinero que transfería a una cuenta suya, la misma en la que recibía su salario mensual. La conducta de esta empleada es merecedora del despido ya que “incumplió sus deberes de buena fe y lealtad”, abusando de la “confianza” que su jefe tenía depositada en ella. El Supremo, cuya resolución ya es firme, inadmite el recurso planteado por la mujer.

¿Cuándo se produce un despido disciplinario? Pues, según recoge el Estatuto de los Trabajadores, cuando hay un “incumplimiento contractual grave y culpable” del empleado. Entre estos incumplimientos regulados en dicho texto legal se encuentran las “faltas repetidas e injustificadas de asistencia” al trabajo o una recurrente impuntualidad, la “indisciplina o desobediencia”, las “ofensas verbales y/o físicas” a los jefes o a otros empleados, la denominada “transgresión de la buena fe contractual”, la “disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo” o la embriaguez habitual o toxicomanía si la misma repercute negativamente en la labor que desempeña el trabajador. El acoso también está castigado con esta medida empresarial.

Otros motivos

No siempre el despido que llega al juzgado por causa disciplinaria responde a esta razón, ya que no es infrecuente que se camuflen de esta manera ceses que en realidad son improcedentes.

Lo cierto es que la situación ha dado un vuelco con respecto a épocas anteriores. A raíz de la crisis económica de 2008 los despidos objetivos se dispararon en Vigo hasta el punto de convertirse en la tipología de extinción de contrato más habitual. En los años más duros y complicados llegaron a representar el 60% de este tipo de demandas judiciales. Ahora, son los disciplinarios los que están claramente a la cabeza. Esta tendencia empezó a vislumbrarse hace unos años y se ha consolidado, por lo que, al menos a nivel judicial, la crisis que se derivó del COVID no ha tenido su reflejo en los despidos.

El trabajador de baja que hizo labores que no “entorpecieron” su curación

No es infrecuente que despidos disciplinarios que van a la vía judicial acaben siendo declarados improcedentes. Es lo que ocurrió en un caso sobre el que resolvió en junio el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). El trabajador, técnico de mantenimiento de una empresa, fue cesado por motivos disciplinarios al considerar sus jefes que durante una baja laboral que tuvo a causa de un accidente de trabajo realizó actividades inapropiadas que podrían indicar “simulación de enfermedad” y que en todo caso “dificultarían” el proceso de curación de sus lesiones, lo que, en la carta de despido, fue calificado como una “transgresión de la buena fe contractual”. Los jueces no compartieron el criterio de la empresa, dictando la improcedencia del despido. A su juicio, las actividades que hizo durante su baja “tenían carácter lúdico y no retribuido” y, por su carácter ocasional, no entorpecieron su curación, ya que se hicieron además cuando el médico le recomendó reiniciar la actividad física, poco antes de recibir el alta. Lo que le censuraron sus jefes fue que durante el período de incapacidad temporal por una una fractura costal realizase labores como conducir vehículos, manejar leña, hacer la compra y trasladar la misma o pintar y limpiar un coche.

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