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La doctora María José Moreno. |// PABLO HERNÁNDEZ GAMARRA

Todos los ambulatorios del área de Vigo tendrán vía directa con la unidad de demencias en noviembre

El aumento de la incidencia hará que los dos neurólogos disponibles sean insuficientes en poco tiempo, según la coordinadora | El nuevo dispositivo favorecerá la investigación

Entre el 50 y el 70% de los pacientes con demencia no están diagnosticados. El porcentaje sube al 90% con los que la padecen de forma leve. Y es que entre el 40 y el 70% de los casos se detectan en fase muy avanzada, según datos del Ministerio de Sanidad. ¿Y cómo poner remedio a esto? En Vigo se acaba de dar un importante paso adelante con la apertura de la Unidad de Demencias, este jueves, como adelantó FARO. Nace con el objetivo de que todas las familias con una persona en esta situación obtengan un diagnóstico, un plan de cuidado, un tratamiento e indicaciones para su seguimiento en una misma consulta. “Que sepan qué tiene su familiar, qué tienen que hacer y qué va a pasar”, resume la coordinadora de este dispositivo ubicado en el Meixoeiro, la doctora María José Moreno. Esperan que en noviembre, la población de todo el área sanitaria de Vigo tenga acceso directo a este recurso a través de sus médicos de familia.

Y es que Atención Primaria es “el elemento más importante” en este proyecto, según destaca la neuróloga. “Son los que van a detectar a los pacientes, los que nos los van a derivar y los que van a hacer el seguimiento, con nosotros apoyándolos al cien por cien”, agrega. En la actualidad, nueve servicios –a los que están adscritos algo menos de una veintena de centros de salud–, ya tenían acceso directo a la consulta de neurología especializada en demencias que, desde finales de 2018, lleva la doctora Moreno. Ahora se sumarán los otros catorce servicios de forma progresiva. Cada semana, los responsables de la unidad se reunirán con los profesionales de Medicina, Enfermería, Trabajo Social y Farmacia de tres ambulatorios para informarles y formarles. Tras este encuentro, se podrán incorporar. La doctora calcula que en noviembre ya podrán derivar todos.

En Primaria tendrán la importante labor de detectar las señales tempranas de alarma. Hacer una analítica, un TC y, si lo consideran oportuno, derivar a la unidad de demencias. Hasta ahora, la cita tardaba de 4 a 6 semanas.

Equipo

La unidad dispone de dos neurólogos, dos enfermeras, un neuropsicólogo, una piscogeriatra, un psicólogo clínico y administrativos. En la primera consulta, tanto la neuróloga como la enfermera les dedican una hora al paciente y a su cuidador. Ese mismo día, para que no tengan que volver a desplazarse al hospital, les harán un diagnóstico, establecerán un plan terapéutico –tanto con fármacos como sin ellos–, se les dará información y formación sanitaria de cuidados y autocuidados y se les remitirá a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras demencias (Afaga), a su médica de familia y, si es el caso, a Trabajo Social.

A veces, será necesario evaluar las funciones cognitivas –memoria, lenguaje, orientación...– de los pacientes. Hasta ahora, les echaba una mano con estos estudios el psicólogo de la Unidad de Psicogeriatría. Ahora, con el aumento de la población de referencia, tendrán un neuropsicólogo para ello, lo que agilizará el diagnóstico. Psicogeriatría se encargará de las alteraciones conductuales y psicológicas severas, si se necesita aclarar si el paciente tiene un problema psiquiátrico.

Seguimiento

A través de la e-consulta, los neurólogos estarán a disposición de los profesionales de Medicina de Familia para el seguimiento de los pacientes y, si es necesario, los recitarán en el Meixoeiro.

En su consulta de demencias, la doctora Moreno ha visto desde 2019 a 2.300 pacientes. El perfil es “muy muy amplio”: desde la década de los 40 a la de los 90. Y es que el 9% debutan antes de los 65. Más del 60% son alzhéimer, pero el listado de patologías es muy largo: cuerpos de Lewy, demencia vascular, frontotemporal, casos genéticos...

Ahora serán dos neurólogos para hacer este trabajo, pero con la apertura de la vía directa a todo el área sanitaria y el incremento de la incidencia entre la población, considera que dentro de poco se quedarán cortos para atender toda la demanda.

“Se espera que en 2050 el número de personas con demencia se haya triplicado”, destaca la neuróloga. “Habrá que ir adecuando los recursos a la demanda, la unidad tendrá que ser flexible”, defiende. Y es que, antes de que irrumpiera la pandemia del COVID-19, en 2015, la OMS calificó a las demencias como la epidemia del siglo XXI. Y la situación ha empeorado con el confinamiento.

La existencia de una Unidad de Demencia también va a favorecer la formación e investigación en este ámbito en el complejo. Junto a la Universidad de Santiago están a punto de poner en marcha un estudio y también están en conversaciones con grupos de la Universidad de Vigo.

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