Se imaginaba navegante oceánico y desde su despacho de abogado soñaba con que quizás, y solo quizás, algún día llegaría a emprender una larga travesía como los marinos de antaño y, tal vez, poder pisar la Antártida. Dada su pasión náutica, esta era una idea que no dejaba de rumiar en su cabeza y especialmente desde que en la bendición de un crucero gallego en el atrio de la parroquia de San Ignacio de Loyola, en Buenos Aires, se señaló a la capital argentina como un “paso” del nuevo Camino Antártico a Santiago.
Aquel día, las raíces gallegas de Manuel Pardi Rial brotaron con una meta por cumplir y que nunca antes nadie había conquistado: iniciar una peregrinación por mar y tierra desde Antártida finen mundi al antiguo confín de la tierra: finis terrae Galicia.
“Empecé a pensar en qué posibilidad tenía de viajar a vela hasta la Antártida y luego a Santiago, y fue entonces cuando tomé un libro en la biblioteca que había escrito el legendario capitán Hernán Álvarez Forn, conocido como Hormiga negra. En Antarktikos narraba su experiencia a bordo del Pequod, que él mismo había construido y que lo convirtió en el primer marinero argentino en llegar a la Antártida con un barco propio”, señala Manuel Pardi Rial, quien añade que “lo más increíble es que al poco tiempo encontré que aquel antiguo velero se vendía, estaba completamente destruido y en aquel momento yo tenía la plata para poder comprarlo, así que no lo pensé, era mi oportunidad”. Y fue así como este hijo de una gallega emigrante, natural de Gondomar, se hizo con el Pequod.
Empezando por el motor, Pardi Rial inició la reparación de aquel velero bautizado para rendir homenaje al barco que inmortalizó Herman Melville en el clásico de la literatura universal Moby Dick, de manera que transformó la embarcación en una nave completamente autosostenible, que no necesitara de combustibles fósiles para emprender el trayecto.
Manuel Pardi Rial nunca olvidará aquel 1 de enero de 2021, cuando junto a su mujer, Silvana Rodríguez, y Hugo Luis Velázquez y Juan Manuel Etchehum, zarpó a bordo del nuevo Pequod dispuesto a repetir la gesta que el legendario Hormiga negra había logrado en los 80 y conquistar su propio sueño, empezando por hacer que el pequeño navío de nueve metros de eslora se convirtiera el 17 de febrero de 2021 en la séptima embarcación argentina que llegaba a la Antártida.
Tras pisar Isla Decepción, aprovechando el verano austral entre los meses de enero y febrero, “único momento en el que se podía viajar hasta la Antártida”, ahora sí, este descendiente de gallegos iniciaba su peregrinación desde las costas del continente blanco a Santiago de Compostela.
“No sabíamos si lo íbamos a lograr, además, la travesía también tuvo lugar en plena pandemia y muchas bases estaban cerradas y en otros puertos no podíamos hacer escala porque nos podíamos quedar atrapados. Tampoco había vacuna y corríamos el riesgo de que algún miembro de la tripulación se infectara. No fue fácil, la verdad, pero fuimos salvando las dificultades”, relata Manuel Pardi.
El 23 de abril de 2022, el Pequod partió del histórico Yatch Club Argentino de Dársena Norte y continuó su viaje a Galicia, realizando un recorrido marítimo que contempló escalas en Montevideo, en Río de Janeiro, en Recife y en Horta de Azores. “En medio de la travesía se nos rompió un cable de acero y esto provocó que cruzar el Atlántico nos llevara 46 días, cuando lo normal habría sido que en 20 o 25 días hubiéramos llegado a Azores, pero estamos contentos de haber podido continuar”, indica el capitán del Pequod, quien desde Viana do Castelo comenta que mañana espera por fin llegar al puerto de Baiona y poder visitar a toda su familia gallega, repartida entre Vigo y Gondomar, para poder continuar posteriormente su peregrinación a pie hasta Santiago.
Manuel Pardi Rial está a punto de hacer historia y convertirse en la primera persona del mundo en completar el ya denominado Camino Azul, que pretende cohesionar espiritualidad, arte, pueblos, pasión náutica, amor y respeto por la naturaleza. Al otro lado del teléfono, el capitán del Pequod dice que “no me olvido de que a raíz de leer aquel libro de Hernán Álvarez Forn hoy estoy acá, después de que en 2018 empezara a darle forma a este proyecto que me ha llevado a visitar la Antártida y a cruzar todo el Atlántico en un velero histórico. Está siendo una experiencia increíble que nunca voy a olvidar”.
