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Los precios de hostelería y comercios subirán este invierno por el alza de la factura eléctrica

La ropa se encarecerá hasta un 8% frente a la pasada Navidad; las cartas de bares y cafeterías, hasta un 20% | El tope al gas o el mayor alquiler de los locales fuerzan el ajuste ante un temido cierre masivo

Una señora observa, ayer, las rebajas de una tienda de zapatos localizada en pleno corazón de la calle Príncipe. ALBA VILLAR

Con el fin de un buen verano a la vuelta de la esquina, pero asediados por una inflación que no se despega de sus bolsillos, los hosteleros y comerciantes vigueses se preparan ya para el duro otoño que precederá a un invierno decisivo. El aumento de los costes energéticos, que encarece materias primas y bienes básicos, ha provocado que sus márgenes de beneficio se hayan visto reducidos considerablemente en los últimos meses: solo compensados por el gran volumen de facturación de un estío que ha salvado a más de uno. Ahora, entre la sorpresa del tope al gas (que está dejando facturas eléctricas con brutales incrementos de hasta el 50%) y la renovación de gran parte de los alquileres en enero –con un IPC disparado que elevará aún más los precios de los locales comerciales–, advierten que se ven forzados a “reajustar” sus tarifas con el objetivo de evitar entrar en pérdidas e incluso esquivar el cierre.

“La ropa subirá entre un 5% y un 8% en invierno respecto al año anterior”, prevé Iván Iglesias, presidente de la Federación de Comercio de Pontevedra y vicepresidente de la Asociación de Comerciantes As Travesas (Aetravi), señalando que para el próximo verano se espera un repunte mucho mayor, que ronde el 10%. Lo dice a sabiendas de que los establecimientos adquieren stocks de nueva colección con seis meses de antelación, y precisamente las mercancías que ya están comprando, que son las que se expondrán en sus escaparates en diciembre y enero, tienen un precio superior al del pasado 2021 por estas fechas.

Y no es lo único que ha subido. Muchos comercios y locales hosteleros renovarán en enero sus arrendamientos –cuyos valores, ajustados al Índice de Precios de Consumo, crecerán entre un 10 y un 15%–. También se verá incrementada su factura de luz, que tras la denominada excepción ibérica está dejando impresionantes sustos en bastantes negocios por el Mecanismo de Ajuste Real Decreto-Ley 10/2022.

A causa del tope al gas, son cada vez más establecimientos los que están viendo pluses que no esperaban en su recibo eléctrico y que pueden llegar al 50% del importe que antes abonaban. Si bien España y Portugal siguen en mejor situación que sus “vecinos” europeos, por lo que pagan a nivel cuantitativo, la electricidad ha subido más de un 40% desde que empezó a funcionar la vigente fórmula peninsular –que pese al gran alza ha logrado frenar los precios un 17%–.

Ante esta situación, la entidad que preside Iglesias y la Federación de Hosteleros de Pontevedra, a cargo de César Sánchez-Ballesteros, solicitarán reuniones con las administraciones, entre ellas el Concello, para trasladarles su preocupación y contemplar posibles soluciones que beneficien a ambos sectores, tal como rebajas energéticas o ayudas directas. “Lo único que queremos es que intercedan por los hosteleros y los comerciantes”, evidencia el primero en este contexto.

Según indica el segundo, dueño del Sercotel Bahía de Vigo, los bares, cafeterías y restaurantes se verán obligados a “aumentar los precios o cerrar”. Aunque no habla de porcentajes, es directo: “Los márgenes se van a ir viendo muy reducidos y probablemente el sector lo pasará muy mal debido a esta situación en cuanto termine el verano”. “Y el problema se va a multiplicar porque van a empezar a llegar facturas con incrementos importantes en materia de energía”, añade.

Al aumento de la luz, que repercute en materias primas y bienes básicos, suma la sequía que ha habido en gran parte de este estío, con fuertes temperaturas que también incidirán en el ascenso de precios porque las producciones agrícolas se van a ver más limitadas o los productores han gastado más (en recursos como el agua) a la hora de sacar las cosechas adelante.

Sobre cuándo se dará esta subida, dice que los hoteles ya lo están haciendo porque tienen la peculiaridad de modificar las tarifas al día en función de la demanda que haya, pero en hostelería aún no han hecho el cálculo. “Lo que sí está claro es que las empresas con productos de alta rotación como cafeterías que necesitan facturar muchos cafés o restaurantes con menú del día con el precio muy ajustado lo van a pasar muy mal”, concluye.

En cuanto a los posibles cierres, se remonta a los antecedentes de la pandemia. “Ya pasó con la COVID, hubo aproximadamente un 20% de los negocios que cerraron… Es verdad que el sector tiene una capacidad relativa de aguante, pero ya lleva endeudado desde que llegó el coronavirus y este verano ha sido bueno aunque con márgenes mucho más reducidos. Mucho me temo que muy probablemente vaya a ver una oleada de cierres a partir de enero”, sentencia, pues en todo caso “la demanda se va a ver afectada por el encarecimiento”.

El presidente de Zona Náutico, Rubén Pérez, arroja luz sobre cuánto podrían crecer los precios en el sector de la hostelería. “Entre un 10 y un 20%”, dice, de cara al invierno, dependiendo del producto y cuanto hayan subido los costes vinculados a su fabricación. “El que no los suba tendrá que acabar cerrando”, agrega, subrayando que llevan soportando la subida de distintos costes todo el año y que si las cartas de los bares y restaurantes crecen es porque no les queda más remedio.

“Si antes pagaba 1.200 euros, ahora es el doble o más”

“Si antes ya pagaba 1.000 o 1.200 euros, ahora es el doble o más”. Con esas palabras resume David Couñago, propietario de Malasangre Food & Club, la delicada situación que atraviesa su negocio y, en general, la hostelería. En su factura eléctrica ya aparece un gran concepto por el Mecanismo de Ajuste Real Decreto-Ley 10/2022, con el que se están encontrando cada mes más y más autónomos. “Para tener el local abierto tienes que pagar a 50.000 organismos y cada año te piden algo más”, resalta, destacando que la situación le parece “una vergüenza”.

Según los hosteleros, el tope al gas está dejando sorpresas en más facturas cada mes, ya que el nuevo concepto sólo aparece en los contratos energéticos posteriores a la excepción ibérica. Así, aquellos firmados después o los que van acabándose y renovándose incorporan una compensación a las productoras del gas (que lo producen más caro de lo que lo venden).

Si bien el Ejecutivo central y las empresas afirman que los importes serían mucho mayores sin el Mecanismo de Ajuste Real Decreto-Ley 10/2022, lo cierto es que buena parte de los afectados ven en esta medida una “trampa” que solo ha servido para contener unos meses el precio y que ahora está desmontando la economía de numerosos negocios ante la falta de información y previsión sobre este reembolso: en algunos casos de miles de euros.

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