La reforma del Pazo da Oliva –o Marqués de Valladares– está a punto. Prueba de ello es la actuación que la empresa encargada de la obra realiza en la calle A Laxe, que da acceso al complejo desde Carral: retiró la malla textil y la capa de cemento colocadas para proteger los adoquines del paso de vehículos pesados.

Con una máquina excavadora, se procedió a levantar el firme de esta vía de comunicación con el inmueble, que cobra una nueva vida de la mano de Interatlantic. La intención comunicada por la empresa es que vuelva a latir con uso social y hostelero. Presumirá de tres grandes salones, uno por planta –el de mayor tamaño se situará en el bajo–, una terraza-bar, un restaurante de referencia en la gastronomía local, un aparcamiento con 40 plazas y un amplio espacio cubierto que se dedicará a representaciones teatrales y demás espectáculos.

El pazo también contará con un amplio jardín que se podrá disfrutar tanto desde los salones como desde el área de hostelería.