Quince días para decidir si prorrogar o archivar el crimen de Rosalía de Castro

Dieciocho años después del crimen, la investigación por el asesinato del vigués Manuel Salgado en su garaje de Rosalía de Castro encara su momento clave. Seis meses después de que el magistrado del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo reabriese el caso –que permanecía archivado por la Audiencia desde 2006–, los informes definitivos de todas las diligencias practicadas en este tiempo llegarán a la mesa de su señoría en los próximos días.

Concretamente, serán dos semanas las que restan para que el grupo de Homicidios de la Comisaría de Madrid, que se hizo cargo del caso, ultimen las testificales recabadas y todas aquellas nuevas pruebas que se han practicado ahora, ya que en el momento del crimen no se pudieron realizar por falta de medios. No han trascendido el alcance de las mismas, ya que el juez decretó el secreto de sumario en el mismo momento de la reapertura de la causa.

El crimen sucedió poco después de las ocho de la mañana del 2 de abril de 2004 cuando el vigués Manuel Salgado Fernández, exempleado de banca de 56 años, separado y con dos hijos, se dirigía a la asesoría en la que trabajaba en García Barbón. Para ello, estacionó el Seat Córdoba que conducía en su garaje de Rosalía de Castro, pero no salió de allí. Un individuo, solo o en compañía de otros, le disparó un tiro a bocajarro en la cabeza que terminó con su vida. Tras poco más de dos años de investigación –en la que se produjo el arresto de su exmujer y la entonces pareja de ella–, la Audiencia de Vigo archivaba el caso en 2006, quedando los dos investigados libres de cargos por falta de pruebas.

En este auto, la jueza reconocía que aunque había indicios “altamente sospechosos como para vincular la muerte por arma de fuego de Manuel Salgado a la mala relación” de la víctima con su ex y la pareja de ella, como “seguimientos ordenados por ellos”, “causas” y “móviles”, “no existe una prueba objetiva de cargo que permita la formalización de la imputaciones respecto de los dos imputados”. Primero, porque ambos facilitaron sendas coartadas para las horas en las que se produjo el crimen y segundo, porque ningún vestigio biológico de los hallados en la escena del crimen coincidía con ellos.