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La hostelería anticipa una fuerte subida de los precios en verano: “Nos estamos endeudando”

La bajada del consumo, el alza de las materias primas y la imposibilidad de acceder a los créditos ICO, entre las razones

Un camarero atiende las mesas de una terraza de la Plaza de la Constitución, ayer . / ALBA VILLAR

Los hosteleros han hecho balance de los últimos cuatro meses y el panorama para muchos negocios es preocupante. Los datos que barajan desde el sector en Vigo sitúan la facturación en un 40% por debajo que en períodos prepandemia. Ni la Reconquista ni tampoco la Semana Santa han logrado reflotar unas cuentas que siguen sin cuadrar. Al alto coste de la energía y las subidas de precios de las materias primas, se le suma ahora la decisión del Consejo de Ministros de dejar fuera a la hostelería de los sectores que podrán optar a una ampliación de los créditos ICO, al encontrarse entre los sectores más afectados por la situación actual. “No lo entendemos. La mayoría de los negocios se están endeudando personalmente a intereses altos para no acabar cerrando. La decisión del Gobierno nos aparta una vez más, cuando el turismo, la gastronomía y el ocio es uno de nuestros mayores activos”, explica César Ballesteros, presidente de la federación provincial de hostelería.

Algunos bares y restaurantes acometieron en los últimos meses pequeñas subidas de sus productos para intentar paliar la imposibilidad de absorber el alza de costes de la luz o de los alimentos. Sin embargo, no ha sido suficiente debido a la escalada de precios de las últimas semanas y anuncian una fuerte subida para antes de verano. “No tenemos opción. No nos queda margen de beneficio y no podemos asumir el sobrecoste que están experimentando las materias primas o la electricidad. La situación es crítica y la semana está siendo dramática para muchos locales de hostelería”, advierte Juanjo Figueroa, presidente de la asociación de hostelería del Casco Vello.

“A lo largo del año, el 30% de los bares y restaurantes cerrarán sus puertas”

César Ballesteros - PTe. provincial hosteleros

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Las subidas, de hasta un 25 % en muchos de sus productos, situará el coste del café en el entorno de los 1,50 euros, y los refrescos superarán “ampliamente” los 2 euros. “Será una subida que ayude a compensar el 40% de pérdida de facturación acumulada durante estos dos últimos años”, apunta Ballesteros. Junto a la inflación de precios, el sector está acusando las consecuencias del estancamiento del consumo, que si bien experimentó una mejoría en los primeros meses del año, ha echado el freno en las últimas semanas. “La gente está bajando su consumo y se nota tanto en las consumiciones como en la afluencia de clientes. Entre los ciudadanos también se ha instalado el miedo a la hora de gastar porque tienen que priorizar más su capacidad de gasto”, destaca.

Barrera psicológica y ERTE

El incremento de los precios en la hostelería es irreversible. El temor de los bares y restaurantes a partir del alza de los precios es indiscutible, ya que “muchos clientes, aunque no les suponga un gasto extraordinario pagar más por un café, no estarán dispuestos a hacerlo”. Aún con todo, confían en que este Año Compostelano y la celebración de las bodas aplazadas ayuden a “revertir esta situación complicada” , que, además, se ha visto agravada por el agotamiento de los ERTE y la reforma laboral. Según la patronal viguesa los empresarios de la hostelería están en una situación muy delicada. “El año pasado, con la protección de los ERTE pudieron resistir y capear el temporal de la variante ómicron del COVID, pero las predicciones son que, de continuar en esta escalada de costes, a lo largo de este año el 30% de los locales desgraciadamente cerrarán sus puertas”, prosigue.

“Estamos intentando salir económicamente muy por debajo de nuestras posibilidades. Tapamos agujeros, nada más. Y cuando parece que estamos saliendo del bache nos damos cuenta que solo fue un espejismo”, lamenta Figueroa. 

El agua gratis de la polémica: “Solo se ofrecerá a clientes que estén consumiendo en el establecimiento”

Dicen que las malas noticias nunca vienen solas. Y es que junto a la situación crítica de la hostelería, los bares y restaurantes tendrán que servir agua del grifo gratis a todos aquellos que lo soliciten gracias a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que ha entrado en vigor tras su publicación la semana pasada en el Boletín Oficial del Estado.

La medida está levantando ampollas en el sector que se queja de no haber sido al menos “consultado”, ante el temor que ya empiezan a sentir por los “posibles abusos” que emanen de la norma. “El agua del grifo se sirve en un vaso que hay que lavar, que a veces la piden con hielo que hay que pagar. Además, ahora, si estamos obligados, viene una excursión con 30 personas que piden su vaso de agua, que van al baño, ¿todo gratis?, que pueden comer pero ahorrarse la bebida pidiendo el vaso de agua. Entonces, bajan las cajas de los locales”, destaca Ballesteros. Lo que se ha decidido a nivel provincial es “que no se va a negar el vaso de agua a nadie, pero la tendencia tiene que ir aparejada al consumo. Se ofrecerá a clientes que estén consumiendo en el establecimiento”.

La norma, que ya está en vigor, obliga a ofrecer agua del grifo de manera gratuita y tiene como objetivo reducir el uso de botellas de un solo uso. Asimismo, las tiendas deberán fomentar la compra a granel y las administraciones públicas fomentarán el consumo potable con fuentes y envases reutilizables.

Una controversia que en muchos casos generará tensión entre ciudadanos y restauradores porque la medida puede “generar situaciones incómodas” entre la clientela. 

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