Rocambolesca peripecia la protagonizada por un lugués de 35 años la madrugada del sábado en Vigo. Una noche que había empezado con un siniestro en la calle Areal y que acabó horas después con el hombre interceptado conduciendo ebrio por la avenida Castealo. La historia tuvo paradas en el hospital Povisa y en el piso de un amigo en Navia.

La actuación de la Policía Local arrancó pasadas las 3:20, cuando recibió una llamada desde la calle Teixugeuiras. Un hombre explicó que había llegado a su domicilio un amigo que estaba ensangrentado y que le contó que había tenido un accidente de tráfico antes. Después abandonó el lugar.

Los agentes iniciaron un operativo de búsqueda que enseguida dio resultado, al localizar a un conductor que iba zigzagueando por la avenida Castealo, en dirección a la plaza de América. Una vez se le dio el alto los policías percibieron "claros síntomas de encontrarse bajos los efectos del alcohol". En las pruebas arrojó un resultado positivo de 0,76 y 0,68 mg/l de alcohol por aire expirado, lo que excede el límite penal establecido.

El hombre explicó el inicio de su periplo: tuvo un accidente en la calle Area que le provocó lesiones en el tobillo derecho, de modo que requirió una ambulancia que lo trasladó a Povisa. El conductor no aportó permiso de conducción e indicó que es titular de una licencia francesa. El vehículo quedó inmovilizado.

A lo largo del fin de semana, la Policía Local detectó a otros dos conductores que excedían el límite penal establecido en sendas alcoholemias.