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La UVigo advierte sobre el impacto de las cremas solares en el medio marino

Un ensayo sobre los efectos de ocho protectores en tres especies marinas indica que no son totalmente inocuos

Dos bañistas se protegen del sol en una playa gallega. GUSTAVO SANTOS

La preocupación por los efectos de las cremas solares en los ecosistemas ha ido en aumento en los últimos años y la Universidad de Vigo se ha sumando a esta línea de investigación con un estudio que mide sus efectos en tres especies marinas. Sus autores indican que las ocho formulaciones analizadas entran en la categoría de no tóxicas, pero advierten que no son totalmente inocuas y recomiendan, por tanto, permanecer vigilantes.

“El objetivo de nuestro estudio es ayudar a que se establezcan unos límites para saber hasta qué punto podemos tolerar la presencia de estas cremas en el medio y evitar que su impacto sea mayor si se traspasa ese umbral”, explica Alejandro Vilas, investigador del grupo Ecotox (Ecotoxicología y Contaminación Marina) del Centro de Investigación Marina (CIM) de la UVigo.

El equipo trabajó con ocho muestras de cremas solares , seis de ellas comercializadas. Y para comprender sus efectos sobre el medio marino realizaron bioensayos ecotoxicológicos en los laboratorios de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla (Ecimat) con tres especies del zooplancton y el fitoplancton: larvas del erizo de mar Paracentrotus lividus, el copépodo Artia Tonsa y la microalga Tisochrysis lutea.

Alejandro Vilas, en la Ecimat. CEDIDA

“Las escogimos porque son especies modelo, ampliamente distribuidas en el medio natural, y por las facilidades que la Ecimat nos ofrece para su suministro y mantenimiento. Además su manipulación es sencilla. Hemos podido obtener un juego bastante bueno de datos en tres grupos distintos de la cadena trófica”, destaca Vilas.

Los organismos fueron expuestos a los lixiviados de las ocho cremas analizadas: “Esperamos que sus componentes se filtrasen en la columna de agua, diluimos ese lixiviado y después hicimos los ensayos de las tres especies modelo”.

“Nosotros nos enfocamos en testar las cremas en su formato original. Es un abordaje novedoso porque la mayoría de estudios se centran en algún componente particular y lo ensayan, pero no hay muchos que analicen cómo pueden afectar a los organismos marinos en su conjunto”, destaca Vilas.

La mayoría de los protectores solares están formados por estructuras aromáticas simples o compuestas y, algunos de los analizados en la Ecimat, incluyen hasta 50 componentes distintos. “Se han analizado algunos filtros ultravioleta por separado, pero no se puede despreciar el conjunto porque también hay que tener en cuenta cómo interactúan entre ellos. Pueden estimularse y aumentar su toxicidad juntos o neutralizarse entre ellos. Estudiarlos por separado también es necesario porque no solo se utilizan en cremas solares, pero profundizar en estas interacciones sería interesante”, propone.

Reglamento europeo de etiquetado y envasado

Según el reglamento europeo sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas, ninguna de las ocho formulaciones estudiadas en la Ecimat entraría en la categoría de tóxicas.

Además, teniendo en cuenta los altos factores dilución de las cremas en los ambientes costeros, lo esperable es que los efectos sean muy limitados a escala geográfica.

“Pero no podemos decir que son totalmente inocuas para el zooplancton y el fitoplancton porque sí se aprecia una cierta toxicidad”, apunta Vilas.

Dos de las cremas testadas, las número 4, y 8, presentaban los valores más próximos al umbral establecido en el reglamento de la Comisión Europea. Y dado que la primera era la que más toxicidad generaba de todas, los investigadores decidieron analizar por separado el filtro ultravioleta PBSA.

“Pero según los resultados que obtuvimos su nivel de toxicidad no sería el suficiente como para poder justificar el de la crema número 4”, reconoce Alejandro Vilas.

“Generalmente, los estudios sobre cremas solares se han centrado en filtros ultravioleta orgánicos como el octorileno y el EHMCE o inorgánicos como el dióxido de titanio. Y entre sus efectos se ha visto que tienen un papel en mayor o menor medida en el blanqueamiento de los corales y que pueden alterar el sistema endocrino de algunas especies. Su concentración en el medio es lo suficientemente baja, de nanogramo/litro, para no alarmarse. Pero tampoco hay que despreocuparse”, insiste el investigador.

Publicación científica

Los resultados de este trabajo acaban de aparecer publicados en la revista Cosmetics, en un artículo firmado por el propio Alejandro Vilas, María Pilar González, que es la autora principal, y el catedrático Ricardo Beiras, líder del grupo Ecotox.

El equipo tiene en marcha actualmente tres proyectos europeos y uno nacional sobre microplásticos, un campo en el que cuentan con una dilatada trayectoria, pero los efectos de lo protectores solares podrían constituir una incipiente línea de trabajo. De hecho, están pendientes de recibir un nuevo lote de cremas para testarlas en su laboratorio. “Es un ámbito complejo y muy interesante, y no cerramos la puerta a realizar más estudios”, apunta Vilas.

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