Después de dos años de espera, Vigo comienza a desperezarse y dejar atrás el coronavirus al ritmo de las charangas carnavaleras. El regreso del desfile de comparsas con un recorrido inédito entre Praza de América y el Concello. Después de recuperar San Blas y con la vista puesta ya en la Reconquista de dentro de un mes, el Carnaval regresaba a las calles con un protocolo sanitario que no frenó las ganas de fiesta y humor reinantes en esta época del año.

La reformada Praza de América se estrenaba en un evento de este tipo con un lleno total que se extendía por el comienzo de Gran Vía, Camelias y Praza da Independencia. En la lengua multicolor que esperaba para desfilar había espacio para series como El Cuento de la Criada, videojuegos, gimnasios, batucadas, circos y astronautas. Más de 600 bailarines hacían posible que Vigo se reencontrara con un mundo de fantasía que el Carnaval había guardado para ellos durante dos largos años.

Al frente de la comitiva iba la comparsa Lgancia de Gondomar, que readaptaba su nombre a Ldanzteka por sus trajes inspirados en la civilización precolombina. Lorena Benítez, Saray Penedo y Marta Pérez arrancaban con puntualidad británica y el honor de ser las primeras en desfilar con sus 115 compañeras, muchas de ellas muy pequeñas y viviendo su primer desfile de estas características.

Vigo baila al ritmo que marcan las comparsas

Vigo baila al ritmo que marcan las comparsas. R. V.

Unos metros más atrás llegaban Os Festeiros de Bembrive, incorporando los furanchos y barras que retomaron hace un mes por San Blas. Con una estética discotequera, Francisco Alonso reconocía las dificultades para convencer a todos los miembros tradicionales, aunque destacaba el “enorme compromiso” del centenar que acudió pese a tener que desfilar con mascarilla.

Cerrando el desfile, “O Millor de cada casa” mostraba su triple carroza ambientada en las carreras de coches. Rebeca, Uxía, Ismael y Álvaro combatían como podían el frío antes de empezar, aunque no les temblaba el pulso por ser los últimos: “Es cuando la gente va más animada” apuntan, mientras recuerdan los cuatro meses de trabajo contra reloj para volver a desfilar.

Entre el público reinaban los disfraces más clásicos de peluche, caseros o modistas. Sin embargo, hubo tiempo a la improvisación y reivindicación política

Entre el público reinaban los disfraces más clásicos de peluche, caseros o modistas. Sin embargo, hubo tiempo a la improvisación y reivindicación política. Fue el caso de Rebeca y Juan, que media hora antes del arranque bajaron al bazar más cercano a por pinturas de colores que complementaran su traje de soldados. Dos banderas de Ucrania y el grito de “No a la guerra” levantaron el aplauso de los presentes, incluido el alcalde.

Dos banderas de Ucrania y el grito de “No a la guerra” levantaron el aplauso de los presentes, incluido el alcalde

Ya la madrugada anterior los bares y discotecas del centro registraron un ambiente de noche grande, con disfraces para todos los gustos: desde clásicos como policías y personajes de videojuegos a otros más actuales como las Tanxugueiras.

Unos 650 participantes desfilaron durante tres horas aprovechando los cielos despejados. Si en el último gran acto previo al confinamiento fueron 29 las comparsas que desfilaron desde el Nudo de Isaac Peral, este año tan solo una docena pudo estrenar el nuevo recorrido de dos kilómetros.

Concierto de Cherry Sweet en Policarpo Sanz. PABLO HERNáNDEZ

La segunda jornada festiva del Entroido se cerró con el concierto de Cherry Sweet. El escenario ubicado frente al Teatro García Barbón vibró con las versiones del grupo vigués desde las 21 horas.

Hoy la fiesta continuará entre las 17 y 19 horas con actuaciones musicales en Policarpo Sanz y Príncipe, así como talleres infantiles en Praza do Rei. A las ocho de la tarde serán los Breocáns los que animen el barrio del Calvario gracias a su asociación vecinal.