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Jorge y María Eugenia muestran fotografías de su hijo Jorge Joel, que permanece desaparecido desde hace ya tres semanas. / ALBA VILLAR

Jorge Joel, el joven desaparecido en Vigo

“Suplicamos que no se olviden de Joel”

“Ya no sabemos dónde buscar, necesitamos ayuda”, claman angustiados los padres del joven desaparecido el 29 de enero en Vigo | Su pista se pierde en la zona de Beiramar

La tristeza y el cansancio se han adueñado de los rostros de Jorge y María Eugenia. Este matrimonio sabe lo que es lidiar con dificultades en la vida, como cuando hace dos décadas tuvieron que dejar su Ecuador natal, donde ella tenía un negocio de frutas y verduras, para tratar de labrarse un futuro en España. “Cuando aquí entró en circulación el euro, a nuestro país llegó el dólar; los precios subieron, las cosas se pusieron difíciles y decidimos emigrar”, describe esta mujer. Se decidieron por Vigo. Primero viajó ella y, cuando afianzó un contrato de trabajo, se vino también su marido. Algunos años después, con empleos estables y encauzada su situación, pudieron por fin traer a sus dos hijos. “Ya hicieron aquí la Primera Comunión”, cuentan. Aquellos niños crecieron y se han convertido en jóvenes estudiantes, como deseaban sus padres. Pero uno de ellos, el más joven, de 22 años, es Jorge Joel, el chico que permanece desaparecido desde hace tres semanas en Vigo. Y este es el revés que ha sumido en un infinito dolor a al luchador matrimonio. No han dejado de intentar dar con él día y noche por toda la ciudad, pero por ahora sin éxito. Se confiesan “angustiados” y “agobiados”. “¡Que la gente no se olvide de Joel!”, claman, al tiempo que suplican “ayuda” para seguir en su busca.

Jorge y María Eugenia muestran fotografías de su hijo Jorge Joel, que permanece desaparecido desde hace ya tres semanas.

“¡Que la gente no se olvide de Joel!”

“No se puede vivir así como vivimos nosotros, necesitamos saber qué ha pasado, para bien o para mal”, afirman. Durante dos semanas no hicieron otra cosa que buscar a su hijo y pegar carteles con su foto. Las jornadas empezaban de madrugada y acababan también de madrugada. Apenas dormían y sus cansados rostros dan fe de esos días maratonianos. “Ahora hemos vuelto a nuestros trabajos, pero seguimos buscando el resto del día”, confiesan. “Pero ya no sabemos por dónde ir; se nos ocurre buscar en los montes, ¿pero cómo hacerlo?”, se preguntan. Necesitan “ayuda”. Y es que ellos, cuentan, apenas tienen familia en Vigo. La mayoría de sus allegados están en su Ecuador natal. “Aquí únicamente vivimos nosotros dos, nuestro hijo mayor y dos hermanas mías; estamos solos”, se lamenta María Eugenia.

Sin pistas

A Joel, que sufre depresión, se le perdió la pista la noche del sábado 29 de enero, cuando salió de casa con su inseparable patinete de skate, su mochila azul y el teléfono móvil. Ese día por la mañana estaba “bien”, afirma su madre. “Sacó al perro y después fue al centro comercial a ver unos pantalones que le gustaban”, concreta. Por la tarde estuvo con dos jóvenes a los que conocía desde hacía poco tiempo. Y al parecer tuvo una discusión con una persona cercana. Lo cierto es que por la noche cuando llegó a casa se encerró directamente en su habitación. No preguntó, como solía hacer, por la cena. Y poco después, en torno a las 23.30 horas, se volvió a ir sin decir nada. Unas pintadas y unas preocupantes notas manuscritas en su dormitorio pusieron a sus progenitores en alerta. Y esa misma madrugada, sabedores de que aquello no era normal, pusieron la denuncia policial.

Desde entonces ya pasaron 21 días y nada se sabe de él. Hubo llamadas de ciudadanos que creyeron haberlo visto por zonas como Torrecedeira o avenida de Madrid. Ninguna de estas pistas fructificó. La geolocalización de su teléfono móvil lo situó la madrugada de su desaparición en la calle Coruña, cerca de Beiramar, no muy lejos de su casa. La Policía Nacional buscó en naves abandonadas sin éxito. Ayer, ante el callejón sin salida en el que están las pesquisas, los agentes tenían previsto registrar la habitación del joven, pero al cierre de esta edición esta diligencia aún no se había practicado. Los padres piden a los investigadores que pongan todos los medios posibles para acabar con esta incertidumbre.

Fotografías de Jorge Joel, que permanece desaparecido desde hace ya tres semanas.

Un amante del “skate” y estudiante de moda que llevó sus looks a desfiles de jóvenes diseñadores

Jorge Joel, o Joel como le gusta que le llamen, estudia en un centro de formación vigués especializado en diseño de moda. “Es muy creativo, le gusta el arte, las exposiciones...”, afirman sus padres, orgullosos de que su hijo ya pudo mostrar sus estilismos en algunos certámenes. El pasado verano lo hizo en un concurso de jóvenes diseñadores en Mos, donde presentó su colección “Espiral”. También llevó sus estilismos a una pasarela de Vigo. Junto a sus estudios en esa academia, cursa serigrafía en la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMAO). Precisamente, compañeros del desaparecido en los dos centros se unieron a algunas de las batidas que organizaron los padres para tratar de buscar pistas del joven.

Junto a la moda, otra pasión de este estudiante es el skate. Inseparable de su patinete, solía ir a las pistas de Vialia y O Castro. “La noche que desapareció pensé que iba a practicar skate como solía hacer, pero pronto nos dimos cuenta de que no era así”, recuerda su madre. Algo que llama la atención de esta mujer y de su marido es que la madrugada de su desaparición el teléfono de Joel, durante el poco tiempo que estuvo encendido, lo situó en la calle Coruña, casi en Beiramar. “¿Por qué fue en esa dirección? Nunca solía ir hacia esa zona”, aseveran.

Pese a la angustia por la desaparición de su hijo, esta semana el matrimonio no dudó en ir a una vigilia organizada por la comunidad peruana de Vigo por los marineros de ese país desaparecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo. “Han sufrido una gran pérdida, entendemos el dolor tan grande por el que están pasando”, aseveran.

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