El asociacionismo femenino en Galicia ha perdido a una de sus grandes precursoras. Charo Vidal, Doña Charo para quienes tuvimos el placer de conocerla, era todo un carácter con un corazón de oro y una tenacidad imbatible. Mujer, empresaria, madre y directiva de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) durante décadas.

Hija y nieta de empresarios, su desempeño profesional estuvo vinculado a la empresa familiar desde su juventud, en un sector masculinizado que nunca cuestionó su presencia, por ser la mano derecha de su padre.

Su espíritu de lucha y de servicio se unieron para defender a las empresarias que, como ella a partir de 1950, sufrían las consecuencias de tener que abandonar el mundo laboral para poder ser madres.

Fue presidenta de la Asociación de empresarios de Material Eléctrico (Asomatel); de la Asociación Provincial de Empresarias (APE), en la que coincidió con otras grandes figuras del asociacionismo como Delfina Cendón o Amparo Salgueiro; de la Federación de Empresarias de Galicia; vicepresidenta de la CEP y de la Federación Provincial de Comercio... Estos logros coincidieron con la consecución del coste cero de la baja maternal para las trabajadoras, ya en los 90.

Por sus servicios, le concedieron la Medalla de Plata de Galicia en el 2000. Presumía, sin embargo, de su condición de Viguesa Distinguida, desde 1997.

Tenía una habilidad innata para las relaciones interpersonales, sabía moverse en todos los ámbitos y seguía con pasión la actualidad empresarial. La modificación de la reforma laboral fue uno de sus últimos desvelos.

Elegante, ocurrente, espontánea, comprometida…, la recordaremos por su defensa de las empresarias y su convicción de que podía contribuir, con sus acciones, a mejorar la sociedad como herencia para las futuras generaciones. Por todo ello, desde aquí, nuestro reconocimiento y admiración. Gracias, Doña Charo.

*Presidente de la CEP