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Las rondallas vuelven a emocionar

Las restricciones marcaron el regreso de las actuaciones folclóricas, que fueron estáticas

Las rondallas (estáticas) resuenan en Vigo dos años después

Las rondallas (estáticas) resuenan en Vigo dos años después Alba Villar

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Las rondallas (estáticas) resuenan en Vigo dos años después Lorena Cochón

No fueron todos los que son, pero las rondallas volvieron con fuerza a una edición atípica, marcada por las restricciones sanitarias. En esta ocasión no hubo paseos por las calles ni hubo competición, ni tampoco pudieron estar al completo, a lo que hubo que sumarle el cambio de ubicación del Ifevi a la estación marítima. Participaron 13 de las 15 agrupaciones federadas y cada una de ellas contaba con el 60% de sus integrantes. “La situación en estos momentos no nos permitía organizar el certamen como antes de la pandemia. Hicimos una adaptación con una muestra de exhibición”, explicó Serafín Rodríguez, presidente de la Federación de Rondallas del área de Vigo. El control de asistentes, con un aforo limitado a unas cuantas decenas de personas, era férreo. El conjunto de voluntarios que coronaba la entrada del paseo marítimo de A Laxe desinfectaba a cada usuario con gel hidroalcohólico y medía su temperatura con termómetros de infrarrojos.

Arriba. Integrantes de la Rondalla C.C. Herbille de Mos. Abajo. Alberto Núñez Feijóo y Fernández Tapias entrando al certamen. | FOTO: ALBA VILLAR

El evento estuvo presidido por el máximo representante del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias. “Los rondalleiros y rondalleiras mantienen viva una hermosa tradición, que entronca con nuestra cultura popular”, destacó Feijóo. Atrás quedó el ambiente lúdico-festivo que solía acompañar a las agrupaciones, donde los espontáneos se unían a las clásicas rondalladas que se formaban antes y después de la competición. En esta ocasión el público debía permanecer sentado en butacas individuales, debidamente separadas por la distancia de seguridad recomendada. Sin embargo, las actuaciones fueron de altura. Pese que a este año no han tenido tiempo de ensayo suficiente, ni lo han hecho en sus espacios habituales, reprodujeron el repertorio habitual que les ha acompañado en ediciones anteriores. “La mayoría de rondallas empezamos a ensayar en noviembre, porque no sabíamos cómo iba a comportarse el COVID y, aunque después la situación empeoró, decidimos seguir adelante cambiando de formato, con actuaciones estáticas y público sentado. La mayoría no traemos temas nuevos porque no ha dado tiempo”, abundó Serafín Castro, también integrante de la Rondalla Centro Cultural Herbille de Mos.

Las rondallas vuelven a emocionar

Volvieron con más ilusión que nunca. Tenían ganas de regresar al ruedo. Aunque no estuvieran todos y no pudieran moverse del escenario fijado, agradecieron la respuesta unánime de los rondalleiros cuando decidieron poner en marcha de nuevo la organización del evento. “El año pasado nos quedamos tristes pero entendimos que, ante todo, priorizaba la responsabilidad social. Por descontado. Por eso hoy estamos ilusionados de poder reencontrarnos todos. Vernos las caras y sentir que esto vuelve a funcionar”, incidió Castro.

Coplas y rivalidad

Hay registros en prensa sobre estas formaciones folclóricas datadas en la primera República. Sin embargo, se piensa que ya a finales del siglo XIX existían grupos espontáneos que se juntaban a hacer música tradicional en Vigo y su entorno. No siempre las rondallas fueron musicales. “En los años 50 y 60 –continuó Serafín Castro–, se hacían coplas cantadas que provocaron auténticas rivalidades entre diferentes Rondallas. Incluso peleas tras la batalla de coplas”.

Una tradición que está muy arraigada en el área olívica que traspasa generaciones habiendo hasta diez integrantes de la misma familia tocando en la Rondalla. “Es un sentimiento profundo. En vez de apuntarse a fútbol, los hijos y nietos se apuntan a la formación”.

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