El pasado domingo 17 de octubre parecía discurrir sin sobresaltos para una familia viguesa asentada en el número 27 de Plaza Compostela desde hace casi medio siglo. Poco antes de las 21.00 horas acudieron a una cafetería cercana y a su regreso, entorno a las 22.15 horas, dio paso a un calvario del que, más de una semana después, todavía no ha lograron superar ni casi asimilar. “En cuanto entramos en casa ya vimos todo revuelto, desvalijado; había tirado un joyero de tres pisos, faltaban muchas joyas, relojes, zapatos y ropa de marca”, recuerda esta mujer.

Junto a la obligada y natural acción de alertar a la Policía, tanto Local como Nacional, esta viguesa, que reside en el domicilio con su hermana y su madre de 87 años, relata cómo, todavía atemorizada, encendió todas las luces de la casa y se armó de un cuchillo por si los o las asaltantes todavía se encontraban en el domicilio. “Fue una sensación espantosa; porque no me pilló en casa que si me cogen dentro seguro me hubiesen amordazado. Podrá sonar dramático pero duermo con dos cuchillos en la habitación por miedo”, cuenta la víctima.

La asistencia policial referida por la perjudicada dista de la versión ofrecida por la Comisaría. Si bien la mujer lamenta haber esperado “casi 50 minutos por la llegada del primer coche de la Policía Nacional, mientras que el apoyo de la Local todavía lo estoy esperando a día de hoy”, fuentes oficiales de López Mora afirman que la unidad se personó “en cuestión de minutos”. “A su llegada bajamos a ver a las cámaras de seguridad del portal, y ya vimos a las dos chicas, de unos 20 a 25 años, una más fuerte y otra más delgada entrando con una especie de tarjeta o radiografía. A su salida llevaban dos bolsas”, refrenda la víctima.

Este botín lo conformaban más de medio centenar de joyas, brillantes, relojes y numerosas prendas de ropa con un gran valor tanto económico como sentimental. “Muchos son regalos que nos han hecho, bienes de una herencia, recuerdos de mi padre... Y no contamos con recuperarlos”, lamenta. El valor, cuantifica la perjudicada, podría ascender al millón de euros, si bien en la denuncia policial solo figura una pulsera valorada 2.000 euros. “Debido a la magnitud del robo lo más importante primero era interponer la denuncia por eso de momento solo se ha reseñado esa pulsera. Tenemos que hacer ahora un inventario con todos los objetos que faltan, con facturas y fotografías, y entregarlo como una ampliación a la denuncia”, explica.

Por el momento, desde Comisaría no se ha procedido a la detención de ninguna persona a raíz de este asalto, en cuya jornada coincidieron otros tres en el centro de Vigo: calle Colón, García Barbón y Porta do Sol. “La policía dice que se trata de una banda organizada, tipo itinerante. Nos dijeron que no son violentas pero yo sigo atemorizada. Siento una gran inseguridad y fragilidad como víctima de un robo que no quiero pensar una persona que sea víctima de violencia física. Estamos muy triste y muy desangelados. Jamás pensamos sufrir esto en los 45 años que vivimos aquí. A mí y a mi familia nos han fastidiado la vida”, lamenta esta vecina de Plaza Compostela.