En la Casa Fortes de Cans

Fue en 2018, con el inolvidable exalcalde Manolo Soto, el abogado y cantor Rafael Larriva, y el periodista Luis Piñero, la última vez que había estado en el porriñés de Cans restaurante Casa Fortes, y anteayer quedamos allí estos amigos que veis para hacer honor a sus pescados, en este caso pescaditos. No es extraña la calidad de los mismos; por una parte, porque suya es la empresa familiar Pescados Jabato, que tiene relación directa con el puerto; por otra, porque llevan funcionando desde que en 1907 lo abrió como tienda José Fortes Pérez, y ya van en el bar cinco generaciones. Y claro, casi siempre lleno. Con cada uno de los amigos que veis podría construir yo una historia, pero no es el momento.

Diccionario de Vigueses

Hemos hablado estos días demasiado de comidas; tengo el cuerpo maltrecho de tanto placer gastronómico, así que hoy tratamos de libros. Claro, por fin tengo en mis manos una ingente obra sobre Vigo, quizás la de mayor volumen y esfuerzo realizada por una persona sola. Hablo del Diccionario de Vigueses (1875-1945), escrito por mi colega recientemente fallecido Gerardo González Martín. Tardó en salir a la calle, pero la Diputación de Pontevedra ha mimado esta edición, atractiva ya desde el diseño de portada. El licenciado Morales tuvo la delicadeza de traerme estos dos libros, que deben pesar varios kilos, en los que se suceden retazos de historia local a través de la vida de 1.700 personajes que durante muchos años fue recopilando González Martín. Abro una página al azar y me aparece Eduardo Chao, que fue bien conocido, pero abro otra y leo sobre Donato Fuejo, bacteriólogo en 1924; o el comerciante Isidro Gómez Elías, en Vigo desde 1860; o la porriñesa Corona González Santos, de allá por 1923, o el abogado y periodista Amado Garra, alcalde de Vigo en 1931 nacido en Ponteareas como el actual, o el campeón de tiro Carlos Estévez Vilaverde, que fallecería en 1970. En fin, todo un compendio de apellidos con sus vidas que entretejen la historia de Vigo entre el siglo XIX y XX. Una joya para un vigués.

Memorias de la ETEA

Tomé un café en el Don Gregorio, ahí en esa Puerta del Sol que parece bombardeada, con Carlos Pérez Rodríguez y Alfonso André, presidente y vocal de la Junta Directiva de Marinetea (asociación de marineros de la ETEA). Me trajo el presidente dos libros de cuidada factura. Uno, ETEA, su crónica, es toda una cronología de la ETEA desde 1951, con un preludio sobre la Base Naval de Ríos, una penúltima parte dedicada a la historia de la misma asociación, Marinetea, fundada en 2001 por un grupo de compañeros que habían realizado allí el servicio militar y una última con las orlas de promociones desde 1967. La ETEA forma parte de una importante memoria de Vigo y de la de tantos miles que pasaron por sus aulas. Otro libro que me trajeron, pero ya editado en 2017, es Exposición histórica da ETEA, y constituye una curiosísima recopilación que los de Marinetea han realizado de los instrumentos que se empleaban en el centro de formación de la Armada. Todo un catálogo desde antiguos galvanómetros hasta lámparas de soldar, viejos proyectores de diapositivas, miliamperímetros… ¡Qué bueno el trabajo memorial y museístico de los de Marinetea!