Mira Vigo

De este y otros mundos, de Eduardo Valenzuela

Fernando Franco

Fernando Franco

Fernando Franco

Fernando Franco

Quedé para tomar un vino en el Van Gogh con el filólogo, escritor y dramaturgo español José Eduardo Valenzuela, gallego desde su infancia, que vive en Madrid y pasa largos veranos en Vigo. Eduardo nació en tiempos de Primo de Rivera, allá por 1928, y ya son un puñado las veces que le dedico unas líneas en que cuento cosas de sus libros, sobre todo del que más me gustó, Grita, cuerpo, mis ochenta, que yo le presenté hace diez años cuando él estaba en esa etapa; es, entre otras cosas, una especie de lúcido diálogo con el paso del tiempo sobre el cuerpo narrado con saber y estilo. Tiene Eduardo 93 tacos, dice que le falla el oído y un poco las piernas, pero no la mente bulliciosa y ahora está a punto de que salga a la luz otro libro, escrito en alianza con su hijo Santiago (Jaime), que se encarga de las ilustraciones y sin cuyo concurso me dice Eduardo que no habría obra porque mueve todo el proceso de edición. Pero no es moco de pavo la vital participación de Santiago, también veraneante en Vigo, porque no en vano es Premio Nacional del Cómic por Plaza Elíptica, séptimo volumen de Las aventuras del Capitán Torrezno, con el que el autor se ha hecho famoso. Creo recordar que el libro se titulará De este y otros mundos, y se nutre de relatos surgidos de la fantasía o de la memoria biográfica. ¡Ele!

Torrecedeira, qué radiografía la de Manuel Tobío

Yo le asignaría el cargo honorífico de “Vigilante urbano del pueblo” porque ya son muchos los años que, jubilado, José Manuel Tobío pasa y repasa, corre y recorre Vigo por su barrio viejo y algunos alrededores, en cuyo corazón nació con las ostreras como paisaje bajo su balcón. Tobío es obstinado y mete y remete las veces que haga falta en el Registro Municipal sus alegaciones respecto a calles, transporte público, señalización y hasta barandillas o pasamanos necesarios, producto de una reiterada observación personal en sus continuos paseos de vigilancia. Y yo en tantos años he leído observaciones muy interesantes que quieren contribuir a la mejor convivencia ciudadana. Pero lo último que me ha enviado es sorprendente. Son dos folios en que valora las “existencias” de la calle Torrecedeira a la que considera, la mejor calle de Vigo. Claro que eso depende de qué factores juzgues y con qué perspectiva. Pero yo tengo ante mí el número de escuelas universitarias (2), bibliotecas (3), campos de deporte (5), papelerías o gráficas (4), farmacias (4), supermercados (5), bares (18), paradas de taxi y autobús, y así sucesivamente, incluyendo hasta árboles. A pesar de su muy buena opinión sobre esta calle de medio km y la segunda más poblada de Vigo con un censo de 6.000 habitantes, dice que como aspectos negativos son la falta de una óptica, la desidia de propietarios de perros ante sus excrementos... y no se olvida de dos calles colindantes, La Paz y Severo Ochoa, para las que pide la necesaria humanización. ¡Vaya con Tobío!

Torrecedeira, qué radiografía la de Manuel Tobío

Que viva el amor. ¿Quién dijo que no había gente dispuesta al casorio porque cree más felices sus vidas juntas que por libre? Ahí, en medio de esa alegre celebración, veis a Pilar Fernández Roqueiro (2ª izda.) y a Herminio Vázquez Sanromán (1º dcha.) y los veis disfrutando de los últimos momentos de libertad individual porque pronto tendrán que hacer equilibrios para combinar la de uno con la de otro. Claro, se casan este sábado en Viladesuso, por fortuna no creen en esa estupidez del poliamor, y lo redondearán en el restaurante Senén, donde dirán amén. ¿Que hay muchas separaciones? Pues sí, pero siempre estamos las tropas de refresco, dispuestas a sustituir en la batalla a los vencidos o agotados, casándonos por vez primera o repitiendo si es menester. Pero el frente sigue abierto. / Fernando Franco