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David, en su piso de 40 m² en la calle Aragón.

VIVIENDA

Los pisos de Vigo, cada vez más pequeños y más caros: "Me gustaría mudarme pero me resulta imposible"

El coste de la vivienda resulta inasumible para los ciudadanos

“Me gustaría mudarme, pero los sitios más grandes son inasumibles”

David Piñeiro . Inquilino de un minipiso

La oferta de viviendas y su elevado precio sigue siendo uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad en la actualidad. Muchos jóvenes que se quieren independizar tienen que conformarse con estudios en muchos casos inferiores a 35 metros cuadrados por la imposibilidad de no poder pagar algo mejor. Según la última encuesta estructural del Instituto Galego de Estatística (IGE), en Vigo hay actualmente 115.964 hogares. El 16,21% tienen menos de sesenta m², es decir, son estudios o pisos con salón-cocina y una habitación y baño independientes. Los famosos minipisos. Se trata de un porcentaje que ha ido creciendo exponencialmente en la última década. Si en 2010 había 9.775, ahora esa cifra se ha doblado hasta los 18.800. Es decir, en diez años se han producido un auténtico bum de minipisos, habitados por jóvenes que no pueden acceder a un apartamento con mejores condiciones.

Uno de ellos es David Pîñeiro Valladares. Natural de Cangas, con 34 años lleva toda su vida profesional trabajando como tornero en Porriño. Hace cuatro años se independizó y se mudó a Vigo, a un piso de unos cuarenta metros cuadrados (35 sin contar la pequeña terraza) ubicado en la calle Aragón. Cuenta con un salón-cocina y baño y dormitorio aparte. “Estoy pagando por vivir aquí 450 euros al mes. Claro que me gustaría mudarme a un piso más grande y con más comodidades, pero tal y como están los precios actualmente me es imposible. La única solución sería compartir piso con alguien para dividir los gastos, pero no lo veo”, explica este joven. No obstante, en su caso, pese a vivir en un apartamento considerablemente pequeño, presenta también ventajas: tiene plaza de aparcamiento y está ubicado cerca de la autopista, que la coge a diario para acudir a su trabajo en Porriño.

David, en su piso de 40 m2 en la calle Aragón.

No obstante, hay que señalar que la gran mayoría de viviendas viguesas tienen entre noventa y 120 metros cuadrados. Concretamente, el 47,39%. Pero paradójicamente, los únicos hogares que se han incrementado en la última década han sido los miniapartamentos y las viviendas con más de 120 metros cuadrados, que se han aumentado desde 2010 hasta la actualidad un 28%. Haciendo la lectura obvia, las personas con una gran capacidad adquisitiva pueden tener acceso a mejores inmuebles, mientras que los de renta baja cada vez más tienen que acostumbrarse a pisos de características muy básicas, en muchos casos con mobiliario antiguo y con muy poco espacio.

Precisamente, respecto la antigüedad de las viviendas, la gran mayoría (65.691) tienen ya entre veinte y 49 años, y hay más de 35.000 hogares de más de cincuenta años de antigüedad. En este sentido, la respuesta es evidente. El ladrillo se ha recuperado en los últimos años con una creciente construcción de vivienda nueva pero la mayoría de los hogares de Vigo se han construido en el siglo pasado, cuando el sector vivió un auténtico bum que acabaría desembocando en la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008 y que derivó en la brutal crisis económica de los siguientes años.

Los únicos hogares que han crecido estos años son los precarios y los de lujo

Pero más allá de las características generales de los inmuebles de la ciudad, la encuesta estructural a hogares llevada a cabo por el IGE deja otros datos interesantes. Por ejemplo, los inquilinos apuntan a la existencia de importantes deficiencias con las que tienen que lidiar en su día a día en relación a su vivienda. Por ejemplo, 33.963 hogares alertan de problemas de accesibilidad, como la ausencia de rampas para minusválidos, y otros advierten de los crecientes episodios de vandalismo, como pintadas y grafitis, en el entorno en el que viven, mientras que 81.515 hogares consideran que hay una insuficiencia de servicios sanitarios de Atención Primaria en su zona. Además de la falta de espacio en sus hogares, también son habituales las quejas por ruidos (tráfico, negocios, vecinos…), la presencia insuficiente de luz natural en alguna de las dependencias del hogar o deficiencias en el aislamiento térmico o acústico, así como problemas constantes de humedad.

Otro de los aspectos que llaman la atención es que la mayoría de familias (13.730) viven en un piso o casa en propiedad y que no están pagando hipoteca, en algunos casos porque ya han terminado de abonar el crédito bancario y los hay que han adquirido la propiedad sin necesidad de recurrir a un préstamo. También hay que señalar que, aunque de forma muy sensible, hay un mayor número de familias que apuestan por la hipoteca en lugar de vivir pagando un alquiler mensual.

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