El precio de la electricidad alcanzó ayer su precio más elevado desde la polémica subida en los días en los que la tormenta Filomena heló el país. Ayer el kilovatio alcanzó los 0,25574 por hora, concretamente entre las 20.00 y las 21.00. Este nuevo pico llega en el mes en el que se ha comenzado a aplicar la discriminación horaria en la factura y que tanto revuelo ha generado.
El nuevo criterio, según apuntaba ayer la asociación de consumidores Facua, podría suponer para el usuario medio una subida interanual de cerca de 28 euros. Sin embargo, hay colectivos que van a ver su factura de la luz se dispara mucho más. Es el caso de las personas que sufren EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), que necesitan del uso respirador artificial las 24 horas del día.
¿Nosotros qué hacemos, dejamos de respirar a partir de las 8 de la mañana para poder pagar la luz?
“Esto no es como poner una lavadora, que puedes elegir ponerla por la noche o después de comer. ¿Nosotros qué hacemos, dejamos de respirar a partir de las 8 de la mañana para poder pagar la luz?”, se pregunta Francisco Díaz, un vecino del barrio del Calvario que nació con atrofia muscular y que necesita de respiración mecánica desde los 14 años, cuando los médicos se dieron cuenta de que “tenía los pulmones muy débiles” y le diagnosticaron EPOC, lo que le obliga a tirar de respiración mecánica las 24 horas del día.
En su caso, se considera bastante independiente. Pasa varias horas fuera de casa, paseando en su silla eléctrica y en un centro de día. Puede salir de casa precisamente porque cuenta con una batería para el respirador que le permite tener unas horas de autonomía. Habitualmente está en casa desde las 17.00 horas hasta el día siguiente, y durante esas horas tiene que tener la máquina y la batería siempre conectadas a la electricidad.
“Porque cuando estoy en el piso necesito tener el respirador conectado siempre y cargar la batería para poder salir al día siguiente. No puedo estar pendiente de las horas valle o las más caras. Es una cuestión de vida. Y somos muchas personas las que estamos en esta situación.
La nueva factura planteada ya me parece mal para cualquier persona. Pero a nosotros directamente nos hunde, porque no podemos elegir entre respirar y ahorrar en la factura de la luz. Yo en mi caso vivo con mis padres, todavía no ha llegado la factura de la luz de este mes, pero todos nos tememos lo peor”, lamenta Francisco Díaz, que nació en O Grove pero que desde los seis años vive en Vigo. El edificio y el apartamento en el que vive con su familia, en el barrio del Calvario, están completamente adaptados para paliar las carencias de movilidad de este joven de 35 años. Pero lo que nadie se esperaba era tener que enfrentarse a una situación como la que plantean ahora los nuevos tramos horarios de la factura de la luz.
Según calculan desde la Asociación Española de Pacientes con EPOC (enfermedad que afecta a unas 300.000 personas en todo el país), el nuevo modelo eléctrico provocará que estas personas vean encarecidas sus facturas de la luz entre treinta y sesenta euros mensuales. Es decir, podrían pagar unos seiscientos euros más al año simplemente porque necesitan electricidad para respirar a través de su máquina de ventilación mecánica. Por eso desde esta Asociación se reclama medidas urgentes a las administraciones para paliar los terribles efectos que la nueva tarificación tendrá sobre estas personas.
“No podemos estar pendientes de las horas para tener oxígeno. ¿Qué vamos a hacer, aguantar la respiración? Es necesario que quien tenga competencia sobre esto reflexione y nos ofrezca una solución”, defiende Francisco Díaz.