La pandemia hizo reducir los índices de criminalidad y delincuencia en la ciudad. Es un dato objetivo que salvo casos puntuales, prácticamente todos los delitos han caído. Solo viejos conocidos, como se denomina en el argot policial, desafiaron la normativa sanitaria para perpetrar robos o traficar con estupefacientes. Y no solo estamos hablando de adultos, ya que la reincidencia es extensible a los menores de edad. Concretamente, y según la última memoria de la Consellería de Política Social, uno de cada tres menores que fueron castigados en 2020 con medidas judiciales ya habían sido condenados con anterioridad.
Reincidentes
Esto significa que en Vigo y otros puntos de la provincia, de los 159 jóvenes de entre 14 y 17 años –los menores de esa edad no tienen responsabilidad penal– afectados por medidas judiciales, un total de 102 fueron dados de alta por primera vez en la aplicación MENOR (Gestión de Menores Infractores), lo que implica que los 57 restantes eran reincidentes.
Menos delitos
En comparación con años anteriores, la cifra de adolescentes que han sido castigados bien con internamiento en centros, con medidas no privativas de libertad o bien con tareas socioeducativas se redujo casi un 30%, rompiendo una tendencia al alza. “Lo que se busca desde la Jurisdicción de Menores es la reeducación, no su ingreso en algún centro. Sí es verdad que hay casos de todo tipo, pero encarrilar al menor es el objetivo último. Siempre que su situación social y familiar lo permita, desde la Fiscalía se opta por la realización de un curso de reeducación o trabajos en beneficio de la comunidad; que el niño pueda continuar residiendo en su domicilio. Es frecuente incluso que al menor se le pida escribir una carta de disculpa o arrepentimiento a la víctima”, precisa el abogado Carlos Borrás.
Internamientos
Esta apreciación queda avalada por los datos de la Memoria de Política Social. Y es que de las 785 medidas impuestas en toda la comunidad gallega –hay más medidas impuestas que menores infractores ya que alguno cometió más de una–, solo 141 fueron internamiento; las 644 restantes fueron en medio abierto. En la provincia, el número de menores que fueron castigados con internamientos son 30.
Libertad vigilada
Así, la medida de libertad vigilada es la más impuesta en Vigo y Pontevedra –93 casos–. Esto implica que durante el tiempo que marca la sentencia, los menores están sometidos a un seguimiento de su actividad , asistencia a clases, etc., cumpliendo con las entrevistas marcadas por el responsable de la ejecución de su pena. Le siguen las tareas socioeducativas (63) vinculadas al ámbito delictivo que haya cometido.
Tipología delictiva
A este respecto, ¿qué tipo de delitos son más frecuentes entre menores? El letrado vigués Carlos Borrás lo resume en una frase: “Cometen los mismos delitos que los adultos pero a pequeña escala”. “Podemos encontrarnos desde peleas, desobediencia a la policía, pequeños hurtos, casos de bullying o acoso escolar, violencia familiar, incluso algún caso de abuso... No son diferentes a los que podemos encontrarnos en la Jurisdicción Penal”, refrenda el letrado.
Reeducación
En cuanto a la reincidencia de los menores condenados, en su experiencia, reconoce que “no es lo habitual”, pero sí cuenta con casos. “Tuvimos el caso de un joven que fue condenado por atentado, y aunque tenía suspendida la ejecución de la pena, nos avisaron de que lo iban a volver a juzgar ahora por violencia doméstica. Hay situaciones en las que no logran reeducarse... pero habitualmente les sirve de lección y suelen salir adelante”, ejemplifica Carlos Borras.
Bandas
Otra de las peculiaridades que denota tanto el abogado como la propia Policía Nacional, y más concretamente la unidad de la UFAM, que es la que se encarga de la investigación de los delitos en menores, es la presencia de bandas delictivas que captan en sus filas a menores de edad para que, una vez son descubiertos, los culpabilicen de los hechos ya que las sanciones que les pueden imponer son mucho más laxas. “Por ejemplo, en pequeños robos en viviendas, simulan que fue el menor quien entró en el domicilio, pero en muchos casos son acusaciones que no se sostienen”, amplía Borrás.
