“Lo que propone Renfe es poner de nuevo a Vigo en el siglo XIX”. El alcalde, Abel Caballero, cargó ayer con dureza contra la planificación de Renfe, que comercializa un único tren diario directo con Madrid y obliga, para el resto de servicios, a realizar un transbordo en la estación de Santiago. El regidor tachó de “humillación” que los vigueses que quieran trasladarse a Chamartín –o viceversa– deban viajar primero en un convoy hasta Compostela y apearse allí hasta la llegada de un segundo tren que les permitirá completar su recorrido; y advirtió: “No estoy dispuesto de ningún modo a que la gente de Vigo tenga que bajarse en Santiago”.

Su crítica llega un día después de que Renfe anunciase un refuerzo de su oferta en Galicia con el objetivo de recuperar parte de los servicios que se recortaron hace un año a raíz de la pandemia y las restricciones a la movilidad. Según desveló el lunes la operadora ferroviaria, a partir del 7 de junio activará un nuevo Alvia entre Madrid y A Coruña. El convoy prestará un servicio directo a los usuarios de la estación herculina, pero obligará a quienes quieran usarlo para desplazarse entre Vigo y Madrid a hacer una escala previa en Santiago.

La ciudad mantiene así un único Alvia directo diario, lejos de la operativa anterior a la pandemia, cuando Renfe comercializaba dos frecuencias diurnas con Madrid y un Tren Hotel nocturno. “En lugar de dos frecuencias diarias, Renfe consolida una sola. En Vigo tenemos que tener en estos momentos al menos tres frecuencias diarias de Vigo a Madrid”, reivindicó.

La solución definitiva para la comarca, abundó Caballero, pasa en cualquier caso por la variante de Cerdedo, que permitiría a Vigo disfrutar de una conexión moderna con el corredor de alta velocidad que enlazará Galicia con el interior de la meseta. “Si el AVE significa que Vigo se queda sin trenes directos a Madrid, ¿para qué nos vale? No intenten jugar con esta ciudad”, recalcó Caballero, que enviará su demanda al presidente de Renfe.