Cuerda, escalera y dominada. Este ejercicio combinado fue solo el principio, el primer escollo físico al que desde ayer y hasta el próximo sábado, deberán de hacer frente los 126 aspirantes a bomberos tras superar el ejercicio teórico. Y es que aunque a priori semeje más factible, es el examen de conocimientos la barrera más dura a la que hacer frente para lograr una de las doce plazas de bombero (C2), relativas a las vacantes de 2017, 2018 y 2019.

Un único intento

A consecuencia del protocolo COVID, la jornada deportivo se prolongó durante siete horas en el gimnasio del complejo municipal de As Travesas. En grupos de tres, los aspirantes accedían a la zona de pruebas donde además de trepar los cinco o seis metros de cuerda vertical –sin ayuda de los pies– , deberían cruzar alternando las manos los pasos de la escalera horizontal para acabar con un mínimo de 13 dominadas (el máximo se fijó en 19). Y todo en un único intento. Porque las incidencias no admiten una segunda oportunidad.

Más de 2.500 incidencias

Estos futuros bomberos, concretamente los doce mejores, tendrán que hacer frente a las más de 2.500 incidencias que registró el parque municipal de Vigo a lo largo de años pasados, donde los incendios o pequeños fuegos en hogares dieron paso a los servicios humanitarios y auxilios a personas y animales como las emergencias más frecuentes.

Otros de los aspirantes, ayer. // P. Hernández

Aspirantes

Miguel Lago fue uno de estos aspirantes. Esta es su tercer intento tres más de tres años de entrenamiento. “Aposté más por las de conductor bombero, esta es más por probar”, reconoce el aspirante. La pandemia también se ha dejado notar en estas pruebas, tanto en la forma de entrenarlas como en los baremos. “Lo peor han sido los entrenamientos, sin duda, porque con los horarios, la mascarilla, etc., estabas más limitado”, afirma Lago.

También con un importante bagaje de intentos en su espalda llegaba Carlos Lameiro a la prueba. Tras intentarlo en Lugo o Madrid, repetía en Vigo por tercera ocasión. “Sabía de mis posibilidades y hasta donde podía llegar; no hay resultados sino entrenas”, apunta este joven. Reconoce al igual que su compañero que la clave de estas oposiciones está en la teórica. “El examen es mucho más complicado que la física. Esto sabes ya lo que tienes que hacer, en las teóricas hay mucha teoría, muchas fórmulas y mucho estudio. Además, también bajaron los baremos de las pruebas físicas, por lo que sigue teniendo más valor la prueba escrita”, suscribe Carlos Lameiro.

Otras pruebas

Para la jornada de hoy, aguardan las pruebas de velocidad 10x5 metros y los 400 metros lisos, la primera en el gimnasio del Carmen y la segunda en las pistas de atletismo de Balaídos. Para el jueves, toca el turno de los 2.000 metros también en Balaídos. El viernes tendrán lugar las pruebas de espacio confinado –sacar al exterior a una víctima/muñeco en un plazo máximo de seis minutos y sin perder ningún elemento del EPI necesario para realizar la prueba– y equilibrio en altura, para terminar el sábado 10 de abril con la prueba de los 100 meros libres en natación.

La aspirante Natalia Bastón. // P. Hernández

¿Primera bombera?

De los 126 aspirantes convocados a estas pruebas físicas, tan solo cuatro son mujeres (poco más del 3%). Una de ellas es Natalia Bastón (en la foto, junto a varios compañeros), quien destacó las buenas sensaciones de esta primera jornada. “No tuve muchos problemas, las físicas se me dan bien; igualmente hay que pelearlo. El resto de pruebas ya son diferentes, tienen otra dificultad”, señala Bastón. En caso de lograr plaza, podría convertirse en la primera bombera del parque de Vigo.