La demora en la realización de pruebas es el principal tapón que la pandemia ha provocado en la atención del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). En concreto, el mayor problema se concentra en las radiológicas. Y dentro de estas, la Dirección del Área Sanitaria de Vigo quiere “dar respuesta al exceso de demanda” de las resonancias magnéticas y “situar su demora en unos niveles aceptables”. Ha elaborado un plan especial que se apoya en dos pilares: por un lado, exprimir al máximo las cuatro máquinas de las que dispone en el Álvaro Cunqueiro y el Meixoeiro; y por el otro, contratará la realización de 3.000 a la empresa pública Galaria. Se harán en una unidad móvil aparcada en el hospital de Puxeiros.
Los nuevos protocolos de prevención y limpieza por el COVID, así como el parón del inicio de la pandemia, han ido acumulando una importante bolsa de pruebas pendientes. Las radiológicas concentraban el 87% de los 19.417 pacientes en lista de espera para una prueba en el Chuvi al cierre de 2020 –últimos datos publicados por Sanidade–, con una demora media de cuatro meses y medio. Las resonancias no son las que están en peor situación. Las ecografías abdominales tienen a 4.592 personas esperando una media de 164 días. Pero sí están en los primeros puestos –con 3.278 usuarios aguardando 142 jornadas– y el Sergas tiene una herramienta de la que echar mano para este tipo de estudios: Galaria.
Después de que las cuatro resonancias fijas del Meixoeiro y el Cunqueiro pasaran de estar en manos de la empresa pública a ser gestionadas por el Servicio de Radiodiagnóstico del Chuvi, en 2019, Galaria ha centrado su actividad de diagnóstico por imagen en tres camiones de resonancia magnética cuya actividad habitual es atender a los siete hospitales comarcales –que carecen de esta tecnología–, pero también para responder a necesidades de los grandes gallegos como contingencias en los equipos o atascos en la demora.
El Chuvi ya lo necesitó en 2019, cuando le encargó un millar de pruebas a Galaria entre mayo y junio, tal y como figura en su memoria.
Ahora serán tres mil, divididas a partes iguales en tres tandas. La primera comenzará el 12 de abril y se extenderá durante seis semanas. Serán estudios simples del sistema musculoesquelético, columna y neurología. Son los más numerosos. Los siguientes serán en julio y octubre.
La Dirección del Área explica que los “de mayor complejidad se realizarán en los hospitales”. Defiende también que el camión es “un dispositivo que permite desenvolver la actividad asistencial con completa seguridad e idéntica calidad, con una eficacia contrastada”.
El que ya está en marcha es el primer pilar del plan: el refuerzo de la actividad con las cuatro máquinas del Chuvi. Mediante la creación de turnos de jornada ordinaria y algunas horas extra, desde enero, están operativas todos los días –incluso fines de semana y festivos– en horario de mañana y tarde –de 8 a 22 horas–.
Mejora de accesos
Por otra parte, la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias, acudió hoy al Meixoeiro a supervisar la finalización de las obras en el acceso a este hospital. En un comunicado, explica que incorpora un nuevo viario para facilitar las comunicaciones dentro del propio recinto tanto para los pacientes como para el personal. Suma una inversión de 700.000 euros, junto a la actuación en los accesos del Nicolás Peña.
CLAVES DEL PLAN ESPECIAL DE RESONANCIAS
1 ¿Por qué lo activa el Sergas?
La demora para una resonancia creció un 57% entre diciembre de 2019 y la misma fecha del 2020. La media está en 142 días.
2 ¿En qué consiste este programa?
El Chuvi exprimirá casi al máximo la capacidad propia y contratará pruebas a Galaria, con una unidad móvil aparcada en el Meixoeiro.
3 ¿Cómo optimizan las máquinas propias?
Desde enero, las cuatro resonancias del Chuvi trabajan todos los días –incluidos fines de semana y festivos– de 8 a 22 horas.
4 ¿Cuánto encarga a Galaria?
Hará y facturará al Chuvi 3.000 pruebas, en tres tandas. Las primeras, a partir del 12 de abril y durante 6 semanas. Las otras, en julio y octubre.
