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Manuel Reigosa Roger | Rector de la Universidad de Vigo

“Nuestros títulos sacarán ventaja de estar en la ciudad en lugar de en el monte”

“La mudanza no será global, planteamos un campus en el que los investigadores trabajen con los de centros tecnológicos y empresas”

El rector Manuel Reigosa, en la entrada del edificio Exeria. | // M. G. BREA

El rector explica a FARO su hoja de ruta para que la decisión de trasladar titulaciones a la ciudad sea consensuada por toda la Universidad y responde a las críticas del líder de la oposición, Emilio Fernández, sobre la falta de información y la ausencia de un debate sosegado ante una decisión histórica que él mismo califica de “disruptiva”.

–¿Qué tiene que decir a los reproches de la oposición?

–Esta posibilidad abierta, que no decidida en absoluto, implica un cambio profundo que está ligado a dos cuestiones principales. Una es la inquietud por mejorar la vida del alumnado y de toda la comunidad evitando trayectos largos al campus y, de rebote, mejorar nuestra capacidad de captar estudiantes. Es uno de los retos más importantes porque el número potencial de estudiantes va a bajar. Y el otro elemento tractor es la imbricación en la ciudad. Se han hecho esfuerzos pero todavía estamos de espaldas a ella. Y ya tenemos cinco edificios repartidos por Vigo, en Toralla, la ETEA, O Berbés, que esperamos abrir en abril, y Torrecedeira. ¿Significa esto desmantelar el campus? Obviamente, no. Sería una locura y no pensamos hacer tal cosa. Pero sí queremos iniciar este debate sosegado, no a través de los medios, sino dentro de la casa. Y tenemos una hoja de ruta para eso.

–Lo que dice la oposición es que nunca se le facilitó información internamente, antes incluso de que trascendiese que usted se había reunido con directores y decanos para avanzarles este plan de mudanza.

–Tengo que confesar que cometí el error de pensar que un debate de esta importancia no saltaría a niveles electorales. Pequé un poco de inocente creyendo que, a un año de los comicios, podríamos tener un debate que no estuviese salpicado por los posicionamientos de grupos o intereses electorales legítimos. Hay gente que está en contra de un proyecto que, al mismo tiempo, dice no conocer.

–En esa reunión se habló de empezar a impartir titulaciones en López Mora en septiembre. Parece lógico pensar que, a falta de más información, empiecen las especulaciones en los centros.

–Cometí un error al pensar que todos íbamos a mantener el debate de forma calmada e institucional. En estos momentos, tenemos dos ventanas de oportunidad. En el caso de López Mora las negociaciones aún no acabaron y nuestra presencia será más o menos intensa dependiendo de las decisiones que tomemos, que no serán del equipo rectoral, sino de la Universidad en su conjunto. En la reunión del 5 de marzo les comunicamos que deberíamos pensar en el edificio como una posibilidad para tener más presencia en la ciudad y más éxito en la captación de alumnado. Hablamos de opciones a corto y a medio-largo plazo. Y a corto plazo no serían para comenzar ya. Un movimiento de una facultad no podría ser tan rápido. Lo que sí dije es que el curso que viene empezará probablemente el nuevo grado de Filología Aplicada Galego-Español y que podría arrancar en la ciudad. Estamos hablando de un curso y solo un aula. El decano me hizo constar que lo ideal sería que no se moviese esta titulación únicamente, ya que el profesorado y el PAS están implicados en varias y no tendría mucho sentido trasladar un grado aislado. Hay que darle una pensada. Después de la junta de facultad del viernes aún no lo tengo claro.

–¿Descarta a día de hoy impartir en septiembre algún título en López Mora?

–Un título completo, por supuesto.

–¿Y un curso?

–Si Filología decide que es bueno que este nuevo grado esté abajo lo podemos estudiar, pero sería una decisión de todos. Estamos hablando de habilitar solo un aula y algún despacho y eso se podría hacer incluso con las instalaciones que ya tenemos. Pero el debate es mucho más intenso y completo para definir la universidad del futuro. Siempre dije que aspiraba a tener más espacio en Torrecedeira y la distancia caminando desde López Mora es de 2 minutos. Es más fácil que moverse entre cualquiera de los edificios del campus. En las próximas dos semanas presentaremos las propuestas que nos abre este espacio y la ETEA en todos los centros con docencia en As Lagoas-Marcosende. Ojo, no pensando en la universidad de mañana, sino en 2030 y 2040. Y el Claustro del jueves será un buen pistoletazo de salida para empezar a debatir. Después plantearemos reuniones con el estudiantado, ya hemos tenido una con Ceuvi, y en unos meses también con los representantes de los trabajadores. Y en el momento en el que los centros se pronuncien haremos una consulta oficial a todos los alumnos y trabajadores afectados.

–¿Quién tomará la decisión final?, ¿es viable que dependa de cada centro si se muda o no?

–Una vez que tengamos el pronunciamiento de los centros y la comunidad universitaria le tocará al equipo de gobierno hacer una propuesta conjunta, que puede ir desde no mover nada a mover más titulaciones de las que podamos reubicar en la ciudad. Haremos un estudio de viabilidad financiera y la propuesta se debatirá en Claustro y tendrá que ser aprobada en Consello de Goberno.

–¿Cuándo podría ser ese momento?

–Tardaríamos meses. Para mí, lo más cómodo hubiese sido dejarlo como una cuestión de debate electoral, pero no podemos dejar pasar la oportunidad. Tener titulaciones en la ciudad es bueno para el futuro de la UVigo y no puedo no asumir esta responsabilidad. Estamos dispuestos a negociar todo y todas las posibilidades están abiertas porque hubo un trabajo previo y una sensibilidad especial de los representantes políticos en las instituciones que agradezco.

–¿Cómo sería el campus que usted defiende dentro de diez años?

–Tenemos tres centros singulares de investigación de los ocho reconocidos por la Xunta y con unas fortalezas extraordinarias. Y soy muy optimista para que también sean reconocidos Ecobas y Cinctex. No planteamos una mudanza global, contamos con un campus que atraiga a mucho talento y que tenga centros de I+D públicos y privados. Que sea la situación ideal para que nuestros investigadores trabajen con los de centros tecnológicos y empresas. Aspiramos a que el campus sea una fortaleza de la Universidad. Pero pensamos que nuestras titulaciones sacarán ventaja de estar en la ciudad en lugar de en el monte. Será bueno para nosotros y para la ciudad.

–A falta de que se pronuncien los centros, ¿su idea entonces es bajar todas las titulaciones?

–Nuestra hoja de ruta ahora es aprovechar las dos ventanas de la mejor forma posible en este último año de mandato. La idea sería mover alguna titulación al campus de Torrecedeira, que tendría que llamarse de Peniche, y trasladar las tres titulaciones de Ciencias al campus de Teis. La hoja de ruta acaba ahí porque mover un número ingente requiere un esfuerzo inversor que ahora no podemos hacer, así como un posicionamiento mayoritario que necesitaría unas elecciones.

–¿Ya le han planteado a la Xunta la cesión del edificio Morse?

–Hemos pedido a la Xunta que nos reserven el Morse para convertirlo en aulario y Zona Franca nos cederá el Siemens. Estoy enormemente agradecido a ambos. La ETEA es una opción mejor para las titulaciones de Ciencias que quedarse en el campus. El CSIC se va a mover allí y ambos nos beneficiaríamos. Soy consciente de que a mucha gente el debate le coge por sorpresa y que es complejo, pero hago un llamamiento para que pensemos en el bien conjunto.

–En el actual contexto de crisis económica y teniendo en cuenta la inversión realizada durante décadas en el campus, que además es una referencia arquitectónica, ¿cómo explicaría a los ciudadanos la compra o alquiler de inmuebles?

–Pueden entender perfectamente que queramos que nuestras titulaciones estén en la ciudad y ganar presencia institucional. Tenemos una arquitectura de mucho nivel en el campus que seguiría siendo utilizada al 100% y, al mismo tiempo, queremos estar en la ciudad. La hoja de ruta incluye estudios de viabilidad financiera y de análisis de riesgos para no tomar ninguna decisión sin conocer la situación real. La UVigo siempre ha sido un ejemplo de rigor presupuestario y tenemos una situación económica bastante buena. Pero todo este movimiento no lo podríamos hacer sin la ayuda de otras instituciones. Y para eso debemos presentar un proyecto serio y consensuado.

–La oposición le reclama esos documentos, ¿qué estudios se han hecho hasta el momento?

–Una evaluación interna de nuestras capacidades y una estimación de los costes de cada movimiento. Nos falta conocer el coste total de la operación porque dependerá de lo que decidamos entre todos. Lo que sí quiero decir es que la posibilidad de mover titulaciones a la ciudad. Es un objetivo claro marcado en el plan estratégico que fue debatido y aprobado en Claustro por unanimidad y después en el Consello de Goberno. Es un plan de la Universidad, no del equipo de gobierno. Más claro es difícil. Y no voy a ir en contra de lo que marca.

–La oposición considera que la participación fue escasa y recuerda que su programa electoral no incluía mover titulaciones. Es más, usted se mostraba siempre en contra del ladrillo.

–Siempre dije que estaba abierto a más espacios docentes en Vigo En todo caso, el proceso del plan estuvo abierto a todo el mundo. Y no habrá limitaciones para incorporar aportaciones de la oposición. En la Universidad no hay partidos y puede haber opiniones contrarias, faltaría más. Es sumamente enriquecedor. Y podemos dar un ejemplo de democracia real porque vamos a realizar una consulta. Es un cambio disruptivo que hay que acomodar y pensar. Me gustó mucho el debate en Filología, pero hubo intervenciones en clave electoral. Me eligió una amplia mayoría y es cierto que estamos poniendo sobre la mesa un debate que no se produjo antes, porque nadie le veía oportunidades a un campus urbano, pero en el ejercicio de mi responsabilidad debo hacerlo. Agradezco muchísimo a Emilio Fernández su discreción, pero entiendo que, a un año de las elecciones, la situación es diferente. El trabajo para abrir oportunidades de este año y medio no se compartió antes porque no nos gusta hablar de cosas imposibles. Alabo el trabajo de los equipos anteriores. No venimos a estropear nada, pero sí para que el futuro sea mejor.

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