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Cruz Roja: un salvavidas para más de 12.000 personas

Laura Tellado Muiños, viguesa que encontró trabajo con la ayuda de la Cruz Roja Marta G. Brea

Un total de 12.831 personas y 28.526 intervenciones. Es el balance del plan Cruz Roja Responde en Vigo, puesto en marcha hace justo un año para atender a las personas más vulnerables en plena pandemia. Supuso la mayor movilización de recursos, capacidades y personal de su historia en un momento crítico para la sociedad.

En la ciudad, según los datos ofrecidos por la entidad, el 63% de las personas atendidas fueron mujeres y el 35% tenían una edad comprendida entre los 25 y 59 años; las personas mayores de 60 años representaron el 33% de la población.

Cruz Roja ha logrado aunar voluntades frente a un reto histórico gracias a la solidaridad de la ciudadanía, empresas, medios de comunicación y otros organismos y administraciones públicas. En total, se han sumado más de 245 voluntarios –un 73%, mujeres; destaca el grupo de edad de entre 25 y 39 años– al programa, que se traduce en una intervención integral frente a las consecuencias de la pandemia por medio de acciones en las áreas de socorros, inclusión social, salud, educación y empleo.

“Desde el primer minuto, en Socorros Cruz Roja, nos pusimos a disposición de las autoridades sanitarias y municipales con la instalación de albergues temporales para personas sin hogar. En Vigo, solo en el albergue de O Berbés se ha atendido a 148 personas”, cifra la organización, que subraya la colaboración con el Concello olívico.

En el área de inclusión social, durante el confinamiento domiciliario de los primeros meses de la pandemia, se hizo entrega de productos de alimentación, productos básicos de primera necesidad y medicamentos: “Fue clave para asegurar la protección de las personas; desde entonces, estas necesidades continúan aumentando progresivamente, y se llegó a más de 8.200 personas en la zona de Vigo”.

En el área de salud, la organización ha atendido a más de 6.100 de personas en la comarca con información, medidas preventivas, entrega de medicamentos y mascarillas. Además, ante la necesidad de apoyo psicosocial, se creó a nivel nacional Cruz Roja Te Escucha, un servicio con 13 protocolos de atención que ha ayudado ya a más de 5.000 personas.

En educación, ha concedido más de una quincena de dispositivos a menores y completado 239 entregas de material didáctico a 165, realizando unas 1.900 intervenciones con más de 180 jóvenes.

En materia de economía y empleo, en el marco del plan Cruz Roja Responde, se han realizado unas 1.160 orientaciones, formaciones, intermediaciones laborales y ofertas en mercados inclusivos.

La hoja de ruta que se marca la Cruz Roja para este segundo año de pandemia que acaba de empezar es clara: intensificará su respuesta en ámbitos como el acceso al mercado laboral y el apoyo a menores en edad escolar con el fin de hacer frente a la brecha digital, que afecta a la población más vulnerable, garantizando, así, el acceso a la educación. “También nos ocuparemos del impacto psicosocial que está dejando esta crisis”, añade la entidad, que seguirá luchando para que nadie esté en fuera de juego.

“Me ayudó a encontrar empleo. Cambió mi vida”

“La Cruz Roja me cambió la vida”. Es el testimonio de Laura Tellado Muiños, viguesa de 28 años que, gracias a la entidad, logró encontrar trabajo en un supermercado Familia después de nueve meses sin empleo. La irrupción del COVID forzó su salida de una empresa de automoción en marzo del año pasado: “Pasaban los meses y no encontraba nada. Estaba desesperada, cobrando solo el subsidio familiar. No sabía si era yo la que fallaba, mandaba currículos a sectores y empresas que pedían estudios universitarios sin tenerlos, nunca había estado tanto tiempo parada. La oportunidad que me dio fue un balón de oxígeno”.

Tellado explica que acudió a pedir ayuda a la Cruz Roja empujada por la recomendación de una excompañera de trabajo en el gremio de la automoción. “Ella había empezado a trabajar en un hipermercado después de hacer prácticas. Entonces, probé a llamar a la Cruz Roja. A las dos semanas, me hicieron una entrevista las trabajadoras, que siempre muestran muchísima implicación, son superamables, y me derivaron a un curso de cajera y reponedora de supermercado y a otro de manipulación de alimentos. Mientras estaba haciendo este último, me llamaron desde el grupo Vegalsa-Eroski para hacerme una entrevista y, al poco, me volvieron a llamar para decirme que había sido seleccionada para realizar las prácticas, que empecé a primeros del pasado noviembre y acabé a finales de ese mismo mes”, manifiesta.

Su buena labor hizo que, cuando enero estaba dando sus últimos coletazos, se pusiera en contacto con ella el encargado del supermercado para ofrecerle un contrato de 20 horas semanales. “Me hizo mucha ilusión, estaba y estoy encantada en el trabajo. Había aprendido muchísimo con mis compañeros y tenía ganas de volver, pero claro, no podía hasta que no hubiese un puesto vacante. Espero que me puedan ampliar el contrato a jornada completa. Estoy muy contenta y me permite conciliar, tengo un hijo de 5 años”, explica.

La experiencia de Laura Tellado fue tan positiva que animó a su madre a hacer lo mismo. “Hizo un curso de logística y empezó hoy [por ayer] las prácticas con una empresa que está en Valladares. Está muy contenta”, apunta antes de dejar claro que, en su caso, la Cruz Roja le hizo ver la luz: “Recomiendo a todos los que se encuentren en una situación similar a la que estaba yo que le pidan ayuda. Sé que hay gente muy necesitada que no conoce este servicio, por eso he querido contar mi vivencia. Los trabajadores de la entidad se implican mucho para buscar empleos”.

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