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Usuarios de los centros de día reclaman la vacuna: “También somos vulnerables”

Usuarios del centro de día Bo-Lar, ubicado en la calle Torrecedeira. Alba Villar

Las residencias de mayores fueron la prioridad en Galicia con la llegada de las primeras dosis de la vacuna. Tanto sus usuarios como sus empleados ya recibieron las dos inyecciones (salvo aquellas en las que quede todavía algún caso positivo, que son ya un número muy reducido), y ahora la Consellería de Sanidade está citando a los mayores de ochenta años para vacunarles. También profesorado, policía y, por supuesto, personal sanitario, están recibiendo la vacunación. Los centros de día, sin embargo, se han quedado en una especie de limbo. La mayoría de sus trabajadores están ya vacunados y los usuarios mayores de ochenta años o con un máximo grado de dependencia también o están a punto de hacerlo. Pero el resto de la población que acude a estos centros, que en Vigo se cifra en torno a un 20%, no está en los planes a corto plazo para vacunarse. “Nos parece muy injusto que se dejen fuera a tantos usuarios porque si éramos vulnerables para estar cerrados durante cuatro meses en la primera ola, también somos vulnerables ahora y por tanto todas las personas de los centros de día deberían recibir la inyección”, asegura Silvia de Cal, gerente del centro Aleida y vicepresidenta de la asociación que representa a este tipo de instalaciones a nivel gallego.

Los directores de los centros de día advierten de los riesgos que supone mezclar en unas mismas instalaciones a personas mayores de ochenta años o grandes dependientes que ya han sido vacunadas con otras que no han recibido todavía la dosis. “Afortunadamente de momento los casos positivos han sido escasos, pero estamos expuestos”, afirma Silvia de Cal.

La asociación recalca que las personas que acuden a un centro de día tienen “grandes necesidades de apoyo y dependencia, con múltiples patologías y deterioro cognitivo y funcional, no vienen porque se aburren en sus casas, sino porque precisan recibir terapias para mantener sus capacidades”. “Esta situación nos está pasando factura a todos y depositábamos la esperanza en la vacunación de los centros”, apunta. La presidenta de la asociación, Ángeles Álvarez, que además está al frente del centro de día Parque Castrelos, uno de los más grandes de Vigo, se ha dirigido varias veces a la Xunta de Galicia para reclamar vacunas para todos los usuarios.

En su respuesta, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, explica que en la estrategia nacional de vacunación para toda España no incluye como criterio prioritario a los usuarios de centros de atención diurna salvo que tengan más de ochenta años o un alto grado de dependencia. El conselleiro explica que el factor de la edad es la principal guía de prioridad en este proceso, “al ser el que más incrementa el riesgo de tener efectos graves en caso de contagio de COVID”. “Estamos de acuerdo que se vacune por grupos de edad, pero con preferencia también para los centros de día”, apunta José Antonio González, responsable del centro de día Bo-Lar, en Torrecedeira.

Precisamente esta semana la Asociación de familias de personas con parálisis cerebral (Apamp) ha tenido que cerrar sus instalaciones en la calle Miguel Hernández por un brote que afecta a una trabajadora y dos usuarios y tras llevar “semanas reclamando a la administración pública la vacuna al considerarla prioritaria para el colectivo”. Tras esos primeros tres casos, se detectaron otros dos positivos, y todos tienen síntomas. La gerente del centro, Concepción Somoza, lamenta que “somos dependientes de grado tres y ya deberíamos estar vacunados”. “Nos sentimos frustrados, y con mucha impotencia ante la aparición de este brote. Sabíamos que podía pasar pero creemos que se habría evitado con la vacuna. Deberíamos ser los primeros en haberla recibido”, defiende.

A este centro de día de Apamp, que espera reabrir la semana que viene tras la realización de nuevas PCR, acuden un total de 48 usuarios con parálisis cerebral y 27 profesionales.

Solo un positivo entre las 808 PCR del cribado en el colegio Maristas

El colegio Maristas El Pilar de Vigo comunicó ayer a las familias los resultados del cribado realizado en el centro, un procedimiento que se llevó a cabo después de que las autoridades sanitarias decretasen el cierre de cuatro aulas tras detectarse veinte casos positivos. En el cribado se realizaron un total de 808 pruebas PCR entre alumnos, profesores y personal no docente (servicios generales, monitores de comedor y actividades extraescolares, catequistas y personal de limpieza). De todas ellas se ha detectado solo un nuevo contagio, que ya fue comunicado a la familia y a los contactos estrechos. “No podemos bajar la guardia”, defienden desde el equipo directivo. Por otro lado, desde la Consellería de Sanidade se informó ayer de que en el área de Vigo se han secuenciado dos sospechas de la variante brasileña del COVID, pero ambas dieron negativo. Los resultados mostraron que una de ellas era la variante británica, que ya es la predominante en Vigo, y la otra era la común.

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