No hay fiesta en la calle, ni desfiles ni otros actos vinculados al Carnaval. El COVID ha tirado por tierra cualquier celebración popular, pero el espíritu del Entroido no desaparece y uno de sus máximos exponentes, la veterana comparsa "Os Tarteiras", la decana, ha querido mantener viva esta fiesta con un original y seguro concurso de disfraces en su "feudo" del Casco Vello.

Tras invitar a todos los vecinos del barrio a colocar sus Mecos en balcones, ventanas o galerías, este Domingo de Carnaval se ha llevado a cabo la selección del jurado y la entrega de premios: una paleta de jamón para el primero, que recae en "Rue das Tarteiras" de la plaza Peñasco; un lote de lacón, chorizo y grelos para el segundo, "O que faltaba... invasión marciana" de la calle Anguía; y una fuente de orejas de carnaval para el tercera, A Vella do visillo, en la rúa San Francisco, así como varios accésits.

Este Primer Premio de Pobre-Mecos do Entroido de "Os Tarteiras" ha tenido una gran acogida y reafirma la implicación de los ciudadanos en una fiesta que regresará a las calles dentro de un año. Al menos así los espera la comparsa, que deja claro que "volveremos con más ganas y fuerza".

Las fachadas del Casco Vello fueron engalanadas por más de sesenta muñecos, aunque aproximadamente solo la mitad fue la que participó oficialmente en el concurso. Este nivel de aceptación lleva a "Os Tarteiras" a barajar la posibilidad de mantener esta cita en años venideros, aunque el Entroido regrese a las calles como siempre. Así lo admite uno de sus integrantes, Fiz Axeitos: "Este concurso se convocó a última hora y más como un pique entre nosotros que como algo más serio, pero a la vista de la acogida, la sensación que nos queda es que puede seguir en el futuro".