Desde hace semanas se discute donde están los focos de contagio del COVID y en la mayor parte de los casos se constata que se producen en el ámbito familiar y en escasas ocasiones en los establecimientos de hostelería, pese a ser este sector el principal blanco de las restricciones sanitarias.

Los empresarios defienden el cumplimento estricto de las normas en sus negocios, tanto dentro como en las terrazas, y así parece que ocurre en la ciudad de Vigo, a tenor de los resultados de la brigada de asesores COVID que desde hace un mes opera en sus calles.

Se trata de quince personas contratadas y formadas por el Concello y el colectivo de hosteleros de la ciudad que recorren los locales para comprobar el cumplimiento de las normas y aconsejar al respecto a los profesionales.

El alcalde, Abel Caballero, ha orecido este lunes un balance tanto del número de visitas como del grado de cumplimento. Así, estos quince asesores suman 672 inspecciones oficiales y en 545 casis (el 81%) se constató que el cumplimiento “es nuevo o muy bueno, lo que demuestra un comportamiento muy adecuado de los hosteleros”, subraya el regidor. Otras 250 visitas se realizaron de forma anónima, sin identificarse.

“Si a eso añadimos los de nota regular, se ve que el 94% de todos los visitados cumple y apenas un 6% no se ajusta a la normativa”. Además, los incumplimientos no parecen graves: cartelería escasa o poco visible y falta de información sobre los aforos, pero muy pocos casos relativos a uso de mascarilla, falta de gel hidroalcóholico o incumplimientos de aforos o distancias de seguridad.

Caballero ha aprovechado para anunciar que en cuestión de días se reunirá con los hosteleros para presentar una iniciativa para permitir a los locales, de forma gratuita, de contar con “establecimientos permanentes en zonas públicas”. Aunque no ha querido dar más detalles, el alcalde ha adelantado que se trata de que los establecimientos cuenten “en lugar de terrazas con sombrillas, contar con construcciones con estilo, bien hechas y con durabilidad (de dos a tres años) para que cuenten con más espacio cubierto” y en la vía pública, toda vez que las restricciones sanitarias apuntan a impedir el uso de los espacios interiores.