El avión, cuyo despegue se retrasó debido a la niebla en el aeropuerto vigués. MARTA G. BREA

Si primero fue el aterrizaje este pasado jueves del Antonov AN-26 avión protagonista de la película “Los Mercenarios 3”, ayer fue el turno del impresionante Airbus 330/200, aeronave de grandes dimensiones que en pocas ocasiones ha operado en Vigo, pero que sirvió para que el aeropuerto de Peinador se estrenase en su primer vuelo directo a un destino de América Latina a cargo de Iberia. ¿El motivo? El traslado de los guardiamarinas de la Escuela Naval de Marín que este año deben realizar su crucero de instrucción a bordo del buque de la Armada Juan Sebastián de Elcano.

La nave está atracada en el puerto de Guayaquil (Ecuador), al que llegó este pasado sábado y desde donde continuará su undécima travesía alrededor del mundo en conmemoración esta vez del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo.

El embarque en Peinador se produjo este mediodía y, ya con los guardiamarinas a bordo, el velero continuará su ruta con atraques en los puertos más relevantes de la expedición de Magallanes y Elcano entre 1515 y 1520, tales como la bahía de San Julián, las Islas Filipinas, la isla de Guam o la islas Molucas.

Este crucero de instrucción, que cumple su 93 edición, se inició sin la presencia de los guardiamarinas por la actual situación de la pandemia. Ahora la expedición de la Escuela Naval de Marín su suman a una travesía que arrancó el pasado 24 de agosto y que se prolongará durante once meses, hasta el 14 de julio de 2021. A su llegada al muelle, se ha reservado un área esterilizada para permitir el encuentro en condiciones de bioseguridad, y que puedan disfrutar de unas horas en tierra firme.

El avión que operó este vuelo tiene capacidad para 288 pasajeros, y su despegue se retrasó unos cuarenta minutos debido a la niebla en la terminal viguesas. Regresara de inmediato de Ecuador hasta Sevilla con miembros de la tripulación del Elcano.

Llegada a Ecuador

El Juan Sebastián de Elcano atracó, procedente de El Callao (Perú), en el puerto de Guayaquil en medio de una bienvenida con salvas de artillería. El buque escuela hizo su entrada entre una intensa cortina de humo causada por estos cañonazos. Ningún miembro de la tripulación, al mando del capitán de navío Santiago de Colsa Trueba, descendió al muelle por razones de seguridad sanitaria, para mantenerla aislada frente a un posible brote de COVID-19 que ponga en peligro la histórica conmemoración.