La pandemia desatada por el “silencioso y horrendo” COVID-19 fue también protagonista irremediable del acto del día de la Constitución, cuando se cumplen hoy 42 de su refrendo en las urnas. Tanto el alcalde de Vigo, Abel Caballero, como el encargado de la lectura del bando municipal, el delegado del Consorcio de la Zona Franca, David Regades, incidieron en la necesidad de afrontar esta situación desde la “unidad” y con la vista puesta en un único interés común: “Los vigueses”. El regidor agradeció el esfuerzo de la ciudadanía a lo largo de los últimos meses a la vez que les trasladó ánimos y energía para lo que resta por venir, apelando también a la “prudencia”. “Gracias al esfuerzo de la ciudadanía, a su capacidad de adaptación, a su voluntad férrea, al cambio de hábitos de vida, al cumplimiento general de las normas. Vigo, durante este tiempo, supo comportarse. Aguantamos y saldremos adelante pero no hay que echar las campanas al vuelo, por lo que pedimos prudencia, prudencia y prudencia”, recalcó Caballero.

La asistencia de público se vio reducida a medio centenar de personalidades por el COVID-19 |

Un reconocimiento también merecido por parte del alcalde fue para los profesionales sanitarios que “suplieron” con su “dedicación” las “carencias del sistema de salud”. Así, destacó en su discurso –pronunciado un reducido auditorio, por seguridad sanitaria, de miembros del consistorio, mandos militares, de la Policía Local y Guardia Civil así como el obispo Luis Quinteiro Fiuza o el cronista oficial de Vigo y exdirector de FARO, Ceferino de Blas– remarcó dos retos de futuro, el económico y el sanitario, considerado prioritario. “La crisis evidenció la necesidad de reforzar la sanidad pública. En Vigo, una Atención Primaria deficiente obligó a alzar a voz a sus profesionales a los que queremos honrar”.

También apeló el regidor a la lealtad de la ciudad con las autoridades sanitarias, apelando a la cooperación. “Vigo no discute, acata y hace cumplir las normas sanitarias. Este es un momento de cooperación, no de divisiones ni partidismos. Es un momento de política en mayúsculas, esa es la acción y vocación de Vigo; remar todos, unidos, contra la adversidad común”, reivindicó Caballero.

Para el segundo de los retos, Caballero citó la “decidida” cobertura social y económica del Gobierno central, que entre otras actuaciones que nombró, hizo posible que las entidades locales “podamos optar a fondos europeos” para paliar los efectos del coronavirus. “Vigo dispone hoy de 36 millones de euros más (de remanentes) con los que generaremos actividad económica y crearemos empleo, a la vez que continuaremos con la transformación de la ciudad de cara a un modelo ciudadano sostenible e eficiente”, concretó el regidor, quien apostó “con todas las fuerzas” por el apoyo a la hostelería y al comercio de proximidad.

Y un gran dinamizador e impulsor del engranaje económico en la ciudad es la Zona Franca de Vigo. Su delegado David Regades, se hizo eco durante su lectura del bando de todos aquellos artículos de la Carta Magna que defienden los derechos de los trabajadores y reivindicando las múltiples actuaciones desarrolladas por el Consorcio por y para los vigueses. “En este año tan duro y tan difícil, desde las administraciones debemos redoblar esfuerzos para cumplir con los principios rectores de la política social. Activamos una Zona Franca que estaba dormida, poniéndola a toda velocidad, como demanda la realidad y enraizada más que nunca en la ciudad de Vigo”, pronunció Regades, haciendo mención a proyectos tan notables como la Plisan, el World Car Center, la reforma del antiguo Rectorado, el refuerzo del emprendimiento de la mano de las aceleradores VíaExterior o VíaGalicia, la ampliación del polígono de Citroën o la compra de terrenos para el PTL, en el que auguró se instalará IKEA “pronto”.

Y todo esto, precisó Regades, “gracias” a la unidad del Concello y de la Diputación. “ Este es un proyecto con muchas ramificaciones y permite crecer a la ciudad bajo un único interés, el de los vigueses”, concluyó.