E.L., el ciudadano albanés de 32 años detenido en el operativo policial, en el marco de la Operación Volvo, contra una banda que acababa de entrar en un chalé de San Andrés de Comesaña, ya está en la cárcel. La titular del Juzgado de Instrucción 3 de Vigo, en funciones de guardia, decretó este mediodía su ingreso en prisión provisional, tal y como había pedido el fiscal. Junto al robo cometido el miércoles en la urbanización viguesa, del que escapaba junto a otros tres compinches cuando fue arrestado, la Policía Nacional lo relaciona con más asaltos –al menos cinco– ocurridos en las últimas semanas en la urbe olívica y en otros municipios próximos y que siguen un mismo modus operandi. 

Pero hay más, porque todo apunta a que no era la primera vez que este joven albanés integrante de un grupo criminal itinerante por toda España ponía sus pies en Galicia. Un juzgado de Santiago tenía en vigor una requisitoria contra él por su presunta relación con otra oleada de asaltos a viviendas ocurrida en 2018. El pase a disposición judicial en Vigo fue por los dos motivos: por esta requisitoria sobre hechos de hace casi tres años y por el robo de San Andrés de Comesaña que motivó su arresto esta semana. Fuentes próximas al detenido explicaron que por la causa de Compostela por la que estaba en busca quedó en libertad con la obligación de comparecer de forma periódica en sede judicial. Pero por la de Vigo se dictó auto de prisión: al mediodía un furgón de la Guardia Civil lo trasladaba desde los juzgados hasta a A Lama.

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En relación a los robos que le atribuyen en Santiago este joven se acogió a su derecho a no declarar. Pero sobre los hechos de Vigo sí contestó a las preguntas que le hizo su abogado particular –en comisaría había sido asistido por una letrada del turno de oficio–. Solo admitió el asalto en el chalé de San Andrés en el que fueron sorprendidos y que motivó una persecución policial monte a través en la que un policía llegó a realizar dos disparos al aire. Los otros tres miembros de esta banda consiguieron huir, pero E.L. fue sorprendido escondido entre unas silvas y tratando de camuflarse con helechos. Las mismas fuentes antes citadas señalan sobre este albanés que en la actualidad residía en Cataluña con su novia y que en su declaración judicial alegó que vino a Galicia a buscar trabajo y que decidió ir a robar al chalé de San Andrés con “unos amigos”.

No admitió el resto de los asaltos con los que le relaciona la Policía Nacional. Estas bandas itinerantes del Este suelen quedarse unas semanas en la zona que escogen como objetivo: se mueven en vehículos de alta gama y usan identidades y matrículas falsas. Esta época próxima a las navidades es una de las que suelen escoger para actuar. Adaptados al toque de queda impuesto por el COVID-19, aprovechan para cometer sus robos algo antes, entre las 19.30 y las 21.00 horas, cuando muchas viviendas aún están vacías.