Despliegue policial sin precedentes para el desalojo de los okupas de Gran Vía

Terminó la pesadilla para los vecinos del entorno de Gran Vía, 54 que vivían atemorizados por los okupas que tomaron por completo el edificio desde hace casi un año. Las (ausentes) condiciones de salubridad e higiene eran solo uno de los problemas que generaban en la zona; los residentes llegaron a denunciar graves amenazas, insultos, trapicheos e incluso que provocaban incendios en el bloque que ponían en peligro a las viviendas colindantes y a los propios vecinos. Un llamativo despliegue de la Policía Nacional puso fin ayer a la okupación con el desalojo de una docena de personas que residía en el inmueble de forma ilegal y procedió a su precinto. A pesar de los seis furgones desplazados, el lanzamiento se produjo sin incidencias.

Estas denuncias vecinales a mayores de los requerimientos del Concello hicieron mella en la propietaria del edificio, la Sareb, quien instó la toma de posesión de su bien inmueble a los juzgados de Primera Instancia 2 y 6 de Vigo para efectuar el desahucio. El inmueble incluso había salido a subasta en varias ocasiones, una de ellas con un valor de tasación superior a los doce millones de euros, si bien nadie pujó por él.

Y puede ser esta okupación la que esté detrás de la ausencia de postores para hacer con el bloque, ubicado en pleno centro de Vigo, a escasos metros de Plaza España. Si ya su exterior se encuentra todavía a medio recubrir, el interior requerirá de una gran reforma ya que su estado era “deplorable”, reconocía la comisión judicial que se desplazó hasta el edificio para hacer efectivo el desalojo. El abandono del inmueble provocó la acumulación en la calle de basura que arrojaban desde las ventanas –en ocasiones, excrementos– y demás residuos que aparecen por carecer de las necesarias canalizaciones de saneamiento. También, tal y como relataban los vecinos, eran habituales los trapicheos con la consiguiente degradación de la zona.

A mayores y al tratarse de un obra inacabada, la falta de impermeabilización generó además un problema de filtraciones en los edificios contiguos, especialmente en la calle Honduras. El bloque consta de seis plantas más un ático y estaba okupado por decenas de personas sin hogar. Durante los primeros meses del año en el mismo residían ilegalmente tres personas, pero debido al confinamiento se mudaron más.

Aunque el desalojo se llevó a cabo sin el menor altercado, varios de los okupas sí protestaron por la falta de notificación del desalojo. “No recibimos comunicación del juzgado dándonos unos días para buscarnos otro sitio. Sin ayudas y sin trabajo, solo nos queda dar una patada a una puerta y meterme en otro lado”, lamentaba otro de los okupas de este edificio, en el que vivían “sin agua y sin luz”.

El matrimonio dueño de una vivienda okupada recupera su casa: “Por fin tenemos las llaves”

Los vigueses Miguel y Nuria, el matrimonio que cedió a una amiga su vivienda de Fonte Escura –entre Cabral y Candeán– y terminó okupándola pudieron al fin recuperar su casa tras meses de lucha y procedimientos legales. “Por fin tenemos las llaves; tenemos que hacer una relación de daños pero podía haber sido peor. Estamos contentos porque hemos recuperado nuestra casa”, aplaudía ayer la pareja en su visita al domicilio para comprobar que esta ya se encontraba vacía. Su sorpresa es que también buena parte de sus muebles, bienes o electrodomésticos tampoco estaban. “Se ve que limpiaron, pero tanto limpiaron que se llevaron nuestras cosas”, lamentaban estos vigueses, que siguen pendientes de sentencia por un delito de amenazas que interpuso el novio de la okupa contra ellos.