"Siempre pasaron por Galicia, pero esta situación no se conocía". Ni siquiera los biólogos dan crédito ante las últimas interacciones entre orcas y barcos vividas en las aguas gallegas. Hace dos semanas, un grupo de estos cetáceos atacó a dos veleros en las Rías Baixas, y hoy, de nuevo, se ha vuelto a constatar otra embestida a una embarcación, en este caso, en la zona de Ferrol.

El barco dañado este viernes a mediodía ha sido el velero británico Beautiful Dreamer -de 10 metros de manga y 10 de eslora, y con partida en Vigo-, a 6 millas de Cabo Prior (Ferrol) y con tres tripulantes a bordo, cuyo timón quedó malparado tras una "acometida de orcas", según ha informado Salvamento Marítimo, que ha alertado de no aproximarse y dar "amplio resguardo" en caso de avisamiento. El estado del navío obligó a que fuese remolcado hasta A Coruña por el Salvamar Betelgeuse.

Profesionales de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), tras las primeras investigaciones -que todavía siguen su curso, pero ya se están "cerrando"-, vaticinan que estos ataques podrían estar siendo protagonizados únicamente por dos orcas, que "pueden ir solas" o mezcladas "en grupo", aclara Alfredo López a FARO, biólogo de la Cemma: "No es fácil saber cuáles son".

La razón de este comportamiento podría radicar en que se trata de "ejemplares juveniles" que se encuentran en una etapa de "aprendizaje y de curiosidad", aunque por el momento, "no hay imágenes suficientes para demostrarlo".

Lo que sí es innegable es que estos depredadores, que se dejan ver por Galicia unas dos-tres veces al año, "no saltan a la cubierta para atacar a la gente", y por ello la semana pasada desde la oenegé marina trasladaban un mensaje de "tranquilidad" ante la avalancha de preguntas por parte de numerosos navegantes y surfistas, de ahí que los biólogos prefieran emplear el término "interacción" y no "ataque": "Que la gente haga su vida normal, no consta en todo el mundo un ataque premeditado a una persona, ni lesiones ni nada".

La inmensa mayoría de orcas "van a ignorar" la presencia de un barco en el mar y, tras las indagaciones de los profesionales, "desde hace una semana", ya no consta la presencia de ninguno de estos ejemplares de Malpica de Bergantiños hacia el sur de la costa gallega.

El periplo de estos animales comenzó "en el Golfo de Cádiz" y su viaje a Galicia dibujando una migración sur-norte (y viceversa) se justifica por una mera necesidad existencial, en búsqueda de comida -se alimentan de mamíferos y de aves-, el cual lo encuentran en nuestro litoral en forma de bonito, atún y otras especies de peces de gran tamaño, según los especialistas. Hoy se ha notificado su paso por Cabro Prior y se prevé que se dirijan en los próximos días a Estaca de Bares (A Coruña), el "punto de inflexión" en el que se conocerá si deciden adentrarse en el océano o continúan su trayecto por el mar Cantábrico tras dejar atrás más de 1.000 kilómetros.

Ataques a dos veleros

Ataques a dos veleros

Las alarmas saltaron hace dos semanas, cuando un grupo de orcas embistieron a dos veleros, uno francés, Daito, mientras navegaba hacia Portugal; y otro, de la Armada, Mirfak, del Centro Naval de Regatas, a dos millas náuticas de Corrubedo, cuando se dirigía a Baiona para participar en el Trofeo Príncipe de Asturias.

Tras esta coyuntura, Salvamento Marítimo alertó del peligro que podría suponer un acercamiento a esta especie, pero los profesionales marinos, la Cemma -que comunicó tres "interacciones"- concretamente, salió al paso para rebajar la tensión.