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El Chuvi desvía de nuevo ecografías y TAC a Fátima para reducir las listas de espera

El Covid-19 empeora aún más la difícil situación del servicio por déficit de profesionales y la mayor carga de trabajo con la incorporación de las resonancias - Remite las pruebas más sencillas y de pacientes leves

Una prueba de TAC en el Meixoeiro. // FdV

La pandemia del Covid-19 ha hecho estragos en la lista de espera para una prueba de imagen en el área sanitaria viguesa. A los problemas que arrastraba el servicio de déficit de profesionales y aumento de la carga de trabajo con la incorporación de las resonancias, se ha sumado el parón del confinamiento y las medidas de limpieza que reducen el número de pacientes al día por sala. Ante esta situación, el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) ha decidido volver a derivar ecografías y escáneres -tomografías computerizadas, TAC- al Hospital Vithas Fátima que ya ha empezado a llamar a estos pacientes de la red pública.

Es la segunda vez que el Servicio Galego de Saúde (Sergas) recurre a esta vía. La anterior fue en diciembre del año pasado. Hay un convenio entre el sistema público y el hospital de Vía Norte para la derivación de pacientes que, hasta 2019, se había empleado principalmente en cirugías.

En diciembre se desviaron mil ecografías y 400 TAC. En esta ocasión, el Sergas aún no ha facilitado la cifra. Se remiten exploraciones de menor relevancia y solo de pacientes más leves -con prioridad 3-. Son, principalmente, aquellas solicitadas por los médicos de familia de los centros de salud, ya que se entiende que las solicitadas en el hospital son de pacientes con necesitan de atención especializada confirmada. Según fuentes del servicio, se envían sobre todo ecografías musculoesqueléticas y abdominales.

Estas mismas fuentes indican que, durante los tres peores meses de la pandemia, la actividad del servicio cayó a la mitad y solo se vieron pacientes graves, hospitalizados o urgentes. No solo hay que recuperar estas pruebas suspendidas, sino que las salas admiten ahora al día menos pacientes que antes al tener que contar con el tiempo para desinfectar los aparatos entre uno y otro.

Las consecuencias del Covid-19 agravan los problemas preexistentes. El servicio de Radiodiagnóstico de Vigo era el único de Galicia que carecía de la prueba más avanzada de su especialidad, la resonancia magnética, ya que esta fue puesta en manos de una empresa pública desde los 90 -primero Medtec y, luego, Galaria-, Tras años de lucha, los radiólogos del Chuvi, el pasado julio consiguieron la única prueba que no hacían. Pero este trasvase de trabajo solo llegó acompañado por un tercio de los profesionales que la desempeñaban en Galaria.

Este aumento de la carga de trabajo también coincidió con falta de radiólogos en desempleo para sustituciones o, incluso, contrataciones de larga duración, por lo que hay vacantes en el servicio. Además, se han producido jubilaciones. Los profesionales mayores de 55 años no hacen guardias y se sustituyen por jornadas compensatorias donde hacen más agenda, al tiempo que no se pierden las de la libranza de guardia. Su sustitución por gente más joven también resta programación de citas.

En una entrevista concedida a FARO el mes pasado, el hoy conselleiro de Sanidade y, por aquel entonces, gerente del área, Julio García Comesaña, confesaba que, en cuanto a listas de espera, lo que más le preocupaba eran las consultas y pruebas y citaba el TAC y la resonancia que "estuvieron mucho tiempo paradas". En cuanto a estas últimas, el complejo está realizando mucha actividad autoconcertada -horas extras o lo que se conoce como peonadas-.

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