La curva de propagación del nuevo coronavirus en el área sanitaria viguesa, que retomó la senda del ascenso a mediados de agosto, parece haberse frenado tras alcanzar un pico de nuevos diagnósticos el pasado 2 de septiembre, con 54 casos. Desde entonces y, por el momento, la cifra diaria de nuevos positivos ha descendido. El último parte oficial del Servicio Galego de Saúde, que se corresponde a las 14.30 horas del lunes, recoge la infección de 12 pacientes más.

El pico registrado el miércoles pasado era el mayor desde principios de mayo. De hecho, fue uno de los mayores de los registrados en el área durante la pandemia -el techo se tocó el 30 de marzo con 185 nuevos casos, pero solo se contabilizaron más de un centenar en otras tres ocasiones-. En parte, se debió a los 25 infectados vinculados a dos encuentros del mismo grupo de jóvenes en Vigo y Patos.

Es el mayor rebrote tras el estado de alarma, seguido por el de 24 infectados en un contagio en el ámbito familiar en A Guarda. Desde el miércoles, la cifra de nuevos diagnósticos ha vuelto a bajar paulatinamente, hasta que el domingo se notificaron 10 y ayer, se estancó en doce.

Estos nuevos enfermos se compensan prácticamente con la decena de altas concedidas y los casos activos solo ascienden en dos, hasta los 346. El día anterior se había mantenido inalterable en 344. Así, el área de Pontevedra vuelve a rebasar a la de Vigo en pacientes en fase activa de la infección por Covid-19, con 371. A pesar de que la olívica es la más populosa de las siete áreas sanitarias, solo tiene menos caso Ferrol.

Vigo tiene 63 contagiados en fase activa de la infección frente a los 163 de Galicia.

En los hospitales, permanecen tres personas en UCI y otras doce en planta. En las residencias sociosanitarias hay cuatro trabajadores afectados: uno en el CRAPD del Meixoeiro y otro en Albi-Beade, en Vigo; y dos en Doral Residencias, en Mos