El área sanitaria viguesa sumó ayer de golpe 3 nuevos rebrotes y ya contabiliza diez en las tres últimas semanas. En total, afectan a catorce personas, que han dado positivo entre el domingo y ayer. Ninguno de ellos está grave y todos permanecen en cuarentena en sus domicilios.

El mayor de los tres focos, con siete infectados, se generó en torno a una reunión de amigos en Gondomar. Ante la presencia de otros casos aislados que mantiene controlados en el municipio, el Servicio Galego de Saúde (Sergas) adoptó la decisión de restringir las visitas en las dos residencias sociosanitarias existentes en el municipio: una de mayores y otra de personas con discapacidad.

El segundo rebrote es importado. Lo constituyen cuatro jóvenes gallegos que realizaron un viaje a otra comunidad. Fuentes sanitarias consideran que este foco está acotado ya que solicitaron atención al poco de regresar. De hecho, solo hay un contacto en cuarentena. El tercero corresponde a un núcleo familiar en Salvaterra de Miño. Se circunscribe a un matrimonio y su hijo.

Sin contabilizar los casos detectados a partir de las 14.30 horas del domingo, en la última semana, en el área sanitaria viguesa se han detectado 50 nuevos positivos. Son el doble que la semana anterior. Que se haya duplicado el ritmo de expansión del coronavirus ha encendido las alertas, si bien es cierto que las cifras no son comparables a las de la ola de primavera. El número de casos activos en el área es de 85, uno más que el pasado 19 de marzo. Pero, mientras entonces había ya 25 infectados hospitalizados -3 en críticos-, ayer eran cuatro -uno en UCI-.

El sistema implantado para detectar de forma precoz los casos y rastrear los contactos está permitiendo localizar a pacientes asintomáticos o leves que en la primera fase habrían pasado desapercibidos y no figurarían en estas cifras. Pero el ritmo al que están creciendo los nuevos diagnósticos pone en alerta a los servicios sanitarios. "Preocupa el aumento del número de contagios y, aunque muchos de estos casos hasta ahora son en gente joven con cuadros más leves, preocupa que los siguientes ya puedan ser de más edad y presenten complicaciones", explica la jefa de unidad de Urgencias del Chuvi, la doctora Maite Maza Vera.

Además del ritmo al que llegan a urgencias o la cifra de los que ingresan, otro de los aspectos en los que se fijan es si se puede rastrear el origen del contagio o si este ha surgido de forma esporádica. La doctora Maza cuenta que, en la mayoría de los casos, están logrando trazarlo y suelen llegar a través de turistas o gallegos viajeros. "Tenemos sistemas que nos permiten localizar y aislar bien los contactos de manera personal y no global, como al principio", destaca y explica que otra de las preocupaciones es que "el aumento de casos dificulte el seguimiento de contactos y asintomáticos", así como que la infección se expanda y haya contagio comunitario.

El jefe de Neumología del Chuvi, Alberto Fernández Villar, advierte de la dificultad de hacer predicciones con un virus del que se desconocen aún muchas cosas. Dicho esto, cree que el buen tiempo ha favorecido la contención de la expansión porque la gente se ha reunido más en exteriores y se calcula que el 95% de los contagiados fueron en interiores. Aunque teme que con el empeoramiento de la climatología haya más riesgo, también apunta a que lo habitual es que, a partir del 15 de este mes, en la comunidad haya menos turistas, punto de entrada de brotes. Aumentará en cambio la vinculada con centros educativos. Resalta que las alrededor de 300 PCR por sospecha clínica que se están pidiendo no son muchas para un área como Vigo y teme que se disparen con otras infecciones respiratorias aunque apunta la posibilidad de que la mascarilla también reduzca estas.