La mascarilla va ganando protagonismo paulatinamente. Y es que, por orden de las autoridades, su uso ya es obligatorio en los espacios públicos -se mantenga o no la distancia interpersonal- y en bares y restaurantes, ya sea en el interior o en las terrazas -solo se podrá retirar en el momento del consumo-. Vigo sacó buena nota en el primer caso, como se pudo comprobar en Samil, pero no tanta en el segundo.

La Policía Local, que tuvo una jornada "tranquila" en este aspecto, dedicó el primer día a informar a los ciudadanos de esta medida de la nueva normalidad. Hasta contó con la ayuda de algunos ciudadanos, que decidieron llamar a la central para advertir de la presencia de gente sin mascarilla en las terrazas.

¿Y qué opinan vigueses y turistas de esta medida? David, que se disponía a tomar una consumición en el chiringuito de Samil con la compañía de su familia, recién llegados de Santiago, aseguraba que es una medida "coherente" que va en favor de la salud. "Es un acierto; hay que ser conscientes de lo que estamos viviendo. Es importante llevarla en todos los lugares y momentos que se pueda", comentaba antes de destacar que es necesario habituarse al protector facial: "No sabemos dónde está el virus. Aunque sea incómodo, hay que acostumbrarse".

Misma opinión mostraban Xeila, Juan y Coral, procedentes de Allariz, que recorrían el paseo de Samil pasado el mediodía. "Es una buena medida de prevención. Es incómoda para los bañistas, pero se debe hacer todo lo que esté en nuestras manos para evitar los contagios. Creemos que debería haberse obligado antes, las playas estuvieron llenas muchos días de junio y julio", destacaban, a la vez que aplaudían la medida del Concello de establecer pasillos peatonales con la colocación de pegatinas rojas con forma de círculo y de marcas verdes simulando las huellas de los pies.

Fina, que caminaba unos metros más atrás que la familia ourensana, se mostraba segura de que, si es una orden que emiten las autoridades, hay que obedecer, ya que "es por el bien de todos". "Lo ordenan porque tienen datos que confirman que es bueno usar mascarilla para evitar la propagación del virus. No es cómoda ni en la playa ni tomando algo, pero hay que hacer un esfuerzo. Además, ya se está adoptando la misma medida en otras zonas de España", comentaba tras subrayar que le parece bien que los socorristas circulen por el paseo en bicicleta y ayuden a controlar quién lleva mascarilla y quién no.

En la zona de Argazada, Andrés y Bea, de Lugo, opinaban que tener que ponerse la mascarilla en más supuestos que antes es un "problema" por la falta de costumbre, pero lo entienden y lo apoyan. Piensan que la norma debería haber salido antes. "Es una medida lógica. Si había que llevar mascarilla en el paseo, ¿cómo se podía caminar por la orilla sin ella, si hay casi más gente? Tendría que haber sido obligatoria desde hace meses en espacios públicos, independientemente de si se asegura la distancia interpersonal o no", añadían. En la misma línea se mostraban Miguel Ángel y Marisa, turistas de Valladolid, mientras apuraban su consumición en una cafetería del paseo de Samil: "Tiene sentido. No es lo que más nos guste, pero pensamos que es necesario, aunque podría haberse anticipado la medida", apuntaban.

María, que suele aprovechar los días de calor para ir a la playa, explicaba que llevar la mascarilla para pasear por la orilla será bueno, ya que "no se estaban tomando precauciones". "Lo mismo ocurre con las terrazas; de esta manera, los profesionales de la hostelería estarán mucho más protegidos", anotaba.Botellón en el Náutico

A pesar de estar prohibidos, y en plena pandemia, los botellones vuelven a Vigo. La Praza da Estrela fue uno de los lugares elegidos por los jóvenes para beber alcohol. Delataron su presencia los restos de bolsas y botellas que los viandantes se encontraron a primera hora del domingo.