El Decano informaba de la posible construcción de un cuartel de infantería en Tui. El ayuntamiento de la localidad ofrecía un espacio de 35.000 metros cuadrados para poder ubicarlo. De esa forma, el proyecto inicial tomaba forma. Los responsables municipales enviaron una carta con su propuesta al Ministerio de la Guerra. La cercanía de la frontera con Portugal favorecía la construcción de una instalación militar en la zona, ya que eran precisamente los militares los que se encargaran de la vigilancia en muchos tramos del río Miño.
Vigo preveía la llegada de varios barcos de guerra de la Marina española. Esto suponía que la ciudad acogería a cientos de marineros que disfrutarían varios días de descanso. También las embarcaciones aprovecharían para aprovisionarse. Este tipo de concentraciones militares era frecuentes en aquella época. Además de los españoles, alemanes, franceses, ingleses e italianos utilizaban como una de sus bases el Puerto vigués.
