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"Un patinete no puede superar los 25 km/h"

Una investigación de la Guardia Civil es el germen de la demanda pionera presentada por la Fiscalía en Vigo sobre publicidad engañosa en la venta de estos populares aparatos eléctricos

El sargento de la Guardia Civil Jorge García Yáñez (izq.), en la Comandancia de Pontevedra junto al teniente Juan José López Castro y el cabo Javier Manuel Fernández Castro. // R. Vázquez

Quizá en algún momento se hayan cruzado con algún patinete eléctrico circulando a una velocidad anormalmente elevada. No sería extraño. Aunque este aparato incluido en la categoría de los tan de moda vehículos de movilidad personal (VMP) no está concebido precisamente para ser una máquina de correr, su popularidad y la cada vez mayor demanda existente ha hecho proliferar todo tipo de páginas web en internet dedicadas a su venta. El problema es que en algunas están dando gato por liebre: ofertan como patinetes eléctricos aparatos que no lo son, que en realidad tienen las características de un ciclomotor o incluso las de una motocicleta. Que pueden llegar a alcanzar los 90 km/h. Esto puede poner en verdaderos aprietos a quien haga uso de ellos si se ve ante un control policial, en forma de multas o incluso acabando ante un juez. Pero el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra quiso ir a la raíz del problema, a quienes publicitan estos falsos patinetes. Y su investigación fue la que ha dado pie a una pionera demanda judicial en defensa de los consumidores, la que, como avanzó FARO, presentó la Fiscalía contra un establecimiento comercial de Vigo por supuesta publicidad engañosa. No es el único, porque las pesquisas permitieron identificar en total a una decena de negocios online con sede en distintos puntos de España que incurrirían en idéntica práctica irregular.

"Con un patinete eléctrico no se puede circular a más de 25 km/h", afirma Jorge García Yáñez, el sargento que estuvo al frente de esta investigación que llevó a cabo junto al teniente del subsector Juan José López Castro y el cabo Javier Manuel Fernández Castro. Lo que este guardia civil asevera sobre la velocidad es una de las máximas que recoge la instrucción transitoria de 3 de diciembre de 2019 de la Dirección General de Tráfico (DGT), el documento al que atenerse hasta que exista una normativa ya definitiva sobre los VMP una vez se modifique el Reglamento General de Vehículos.

Esta instrucción define a estos aparatos como "el vehículo de una o más ruedas dotado de una única plaza y propulsado exclusivamente por motores eléctricos que pueden proporcionar al vehículo una velocidad máxima por diseño comprendida entre 6 y 25 km/h". "Solo pueden estar equipados con un asiento o sillín si están dotados de sistema de autoequilibrado", se concreta. Los VMP están exentos de autorización administrativa para circular, seguro obligatorio y permiso de conducción.

Sobre el terreno

Pues bien, nada mejor que trabajar sobre el terreno para comprobar si las normas se cumplen. Y lo que estos agentes de Tráfico de la Guardia civil de Pontevedra observaron preocupados en sucesivos controles e intervenciones en la carretera era que "proliferaban" patinetes que tenían unas "características técnicas" muy superiores a las permitidas para un vehículo de esta índole. Eso les llevó a empezar a investigar y comprobaron como efectivamente en distintas webs era "práctica habitual" ofrecer como patinetes eléctricos aparatos que excedían lo autorizado. No solo en velocidad y potencia, sino publicitando también como VMP modelos biplazas. O dotados con asiento sin adaptarse a la excepción permitida. "Auténticos ciclomotores, con la única diferencia de que tienen motor eléctrico", explican.

La investigación, en la que se limitaron a indagar en empresas con sede en España -también abundan las webs de venta de estos aparatos radicadas en el extranjero-, permitió identificar un negocio que, junto a página en internet, dispone de establecimiento físico en Vigo. Este es el que centra la demanda ya presentada en el Juzgado de lo Mercantil de la urbe olívica. Pero se localizaron más firmas de comercio online ubicadas en otras ciudades españolas, como Madrid o Barcelona, casos que los fiscales de Consumo de Pontevedra han remitido a las fiscalías de esos territorios por si ven pertinente también ir a la vía judicial.

"Lo que nosotros pudimos comprobar por parte de esos negocios es que realizan publicidad engañosa; no verificamos ninguna venta concreta", aclara el sargento García Yáñez. En todo caso, sí llegaron a confirmar el alegato que esgrimió ante ellos uno de los usuarios a los que sorprendieron en uno de estos falsos VMP. El joven les contó que lo había comprado en internet y que se lo vendieron como verdadero patinete. Y no mentía. Así había sido.

Comprobar los requisitos

¿Cómo evitar caer en el engaño? La Guardia Civil recomienda a los interesados en adquirir un vehículo eléctrico que comprueben a conciencia que "cumple los requisitos" y que efectuada la compra conserven toda la documentación sobre la misma por si surge algún problema. Y, en caso de duda, consultar a la DGT o al Instituto Armado. Porque, más allá de las responsabilidades en las que puede incurrir quien publicita o vende de forma engañosa un patinete, el que lo usa también puede toparse ante un buen problema.

Porque si resulta que el aparato en el que circula es en realidad por sus características un ciclomotor se enfrenta a una abultada suma económica en multas: 500 euros por carecer de la autorización administrativa para circular, 1.000 más por ir sin seguro obligatorio, 500 por la tarjeta de la ITV y otros 500 por no tener el permiso de conducción -algo que puede incluso derivar en delito si la persona nunca obtuvo un permiso de estas características-. Y también es importante otra cuestión. Aquellos vehículos que no se puedan homologar no servirán para circular por ninguna vía pública. "Como mucho lo podrás usar en tu finca privada, si dispones de ella", concluyen.

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