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La calle de Príncipe, con sus comercios cerrados, durante la cuarentena // Alba Villar

Comercio y hostelería de Vigo urgen un plan de choque para salvar empleos

Estiman "vital" una línea de ayudas o póliza de crédito para hacer frente a los gastos de alquiler, salarios o tasas

Una línea de ayudas o póliza de crédito que permita a los comerciantes de la ciudad reabrir sus tiendas cuando termine el confinamiento. Esta es la principal pretensión de las diferentes asociaciones del comercio vigués, que auguran el cierre de muchos negocios al no poder hacer frente a los diferentes gastos que tendrán que hacer frente cuando la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 remita: salarios, alquileres, tasas, proveedores... Y es que su mercancía al menos en el caso del sector textil almacenada en sus establecimientos deberá dejar paso a la nueva temporada obligando al autónomo a pagar el stock así como adquirir la nueva. Para la restauración, la situación no es dispar: mientras unos estiman por perdida la campaña estival reduciendo casi por completo las contrataciones en temporada alta, otros viven con la incertidumbre de con qué medidas se encontrarán en sus locales. "Reducir los aforos en muchos casos puede dejarles sin negocios", valora Rubén Pérez, portavoz de los hosteleros del Náutico, quien ayer mismo participaba en una reunión telemática con la federación de comerciantes de Galicia en busca de vías comunes para su sector.

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Cuantifican esta línea de ayuda en cerca de diez millones de euros, aunque estiman que sería necesario más inversión en el colectivo. "Entendemos que lo primero es lo salud y los servicios sociales, evitar que nadie se quede sin comida y sin techo, pero una vez se encontraron soluciones para esto, el motor de la ciudad es el comercio. De qué valen las luces de Navidad y dinamizar la ciudad si no hay comercios en los que comprar", razona el presidente de los comerciantes de Príncipe, Enrique Núñez. El portavoz confiesa que son muchos los autónomos que ya le han trasmitido que no abrirán sus negocios. "Son personas que igual tienen 60 años y que no creen que puedan remontar el negocio en unos años, por lo que optan por el cierre", lamenta Núñez.

Desde Fecovi, su presidente Víctor Fernández, también considera "vital" estas ayudas al comercio y pone como ejemplo el Ayuntamiento de Ferrol. "Allí cada comerciante recibirá 1.000 euros en ayuda directa. Esto es fundamental para poder arrancar. Y es que es lo único que queremos, que cuando podamos abrir, abramos. Necesitamos de una reactivación. El comercio, restauración y hostelería seremos de los últimos en funcionar, la gente tendrá miedo y nos costará volver a estar como estábamos, por ello necesitamos esta ayuda, para hacer frente a los gastos inmediatos que se nos vienen encima", valora Fernández.

Tanto el portavoz de Fecovi como el de los comerciantes de Príncipe y hosteleros de Zona Náutico reconocen que uno de los cambios que más notarán en sus negocios será la propia clientela. "El pequeño comercio se va a volver imprescindible. Lo vemos por ejemplo en la alimentación, cada vez son más las personas que optan por las tiendas de proximidad o el mercado para sus compras. Además, al no haber turismo, nuestro cliente va a pasar a ser el vigués, una clientela local que gastará en nuestros negocios lo que nosotros gastemos en los suyos", precisa Víctor Fernández.

Además de estas ayudas directas, Núñez apela también a los propios dueños de los locales, muchos de ellos en alquiler. "Debería establecerse una moratoria del pago de alquiler de bajos. Para el arrendador es mucho más rentable tenerlo ocupado y cobrar la mitad o poco a poco que tenerlo cerrado, porque a ver quién abre ahora un negocio de cero", reflexiona Enrique Núñez.

Bares y restaurantes

El panorama en la hostelería no es más halagüeño. César Ballesteros, presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos) cuenta con que, a día de hoy, se puede dar el verano "por perdido". "Mantener los puestos de trabajo va a ser casi imposible, por mucho endeudamiento que nos pongan a disposición. Una cosa que tenemos clara es que el sector se va a recuperar con mucha lentitud", vaticina. Partiendo de la hipótesis de que la reanudación de actividad se llevará a cabo de forma progresiva y con la práctica certeza de que las restricciones a la movilidad y la crisis hundirán el turismo, Ballesteros y otras muchas voces del sector piden echar mano de otras soluciones, como las terrazas. Ante las probables limitaciones al aforo en el interior, ensanchar espacio en el exterior. "Una de las acciones claras es que nos permitieran ampliar las distancias, a lo mejor no el aforo. Es de sentido común".

"La única solución van a ser las terrazas, tener las mesas muy separadas", coincide Itos Domínguez, presidenta de la asociación Vigo Vello. Su diagnóstico tampoco es optimista. "La hostelería va a ser uno de los negocios más perjudicados. Hay que empezar poco a poco y un factor es el miedo, la gente no vendrá como si pasara nada". Otro problema serán los límites de afluencia. "¿En un aforo en el que te caben 30 metes a 15? Eso no te da ni para pipas". Con el turismo constreñido, y cancelados eventos como la Reconquista o el Marisquiño, Domínguez da por amortizadas las contrataciones de extras. "De restaurantes que conozco, me da la impresión que no van a coger a ninguno". Para los ingresos de la temporada también pintan bastos: la caja del verano puede superar el 30% de todo el año.

"La única opción de cara al verano es el exterior", aporta Raquel Suárez Suárez, al mando del Lume de Carozo, y presidente de la nueva asociación Vigo Gastronómico, integrada por doce locales, con la que esperan "posicionar" la gastronomía viguesa en lo más alto. De momento, piden al Ayuntamiento que tome la iniciativa con actos en los barrios y eventos gastronómicos que apoyen a las empresas locales, y ya tienen sus "lluvias de ideas" para la "reentrée". Por ejemplo, incorporar al personal de ERTE a medida que se amplíen los aforos, o crear códigos QR para dar información al cliente del estado higiénico y sanitario del local. A resultas de ello, plantean crear una suerte de sello de calidad, no solo aplicando las recomendaciones sanitarias, sino yendo más allá, y restablecer así la confianza con el cliente.

Uno de sus miembros, Sergio Vázquez, de la Pintxoteca y Pintxoteca Mar, está valorando dar un giro al perfil bullicioso de sus negocios para adaptarse a esta "drástica" situación, quizá, con pedidos a domicilio. Blindar las plantillas es complejo. "Mantener a todos con ERTE ahora va a ser complicado. Todo son hipótesis. En estos momentos, no me imagino a la gente alternando con mascarillas", reflexiona.

Otros, como Antonio, al frente de La Juanita, es escéptico sobre las condiciones del regreso. "Abrir a medias no merece la pena. Me compensa abrir con la cocina y yo solo en la sala". Y su panorámica futura del empleo coincide con el resto del sector. "Aunque no se pueda despedir ahora, tenemos my claro que se va a ir mucha gente al paro", concluye.

Itos Domínguez - Pta. Hosteleros Casco Vello

"La hostelería será de las más perjudicadas, la gente no vendrá como si nada"

Enrique Núñez - Gerente Comerciantes PRINCIPE

"Necesitamos esa póliza de crédito, un aval para poder reabrir con garantías"

César Ballesteros - Pte. Provincial De Hosteleros

"Mantener el empleo será casi imposible; el sector se recuperará con mucha lentitud"

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